Dongil: "Es falso que la Iglesia diera un trato de segunda a la medicina"

- ¿Por qué se decantó por el tema de medicina monástica?

-Por mi especialización en la Historia de las Órdenes Religiosas y ante la falta absoluta de estudios que analizasen de forma general la realidad médica dentro de las comunidades monásticas y conventuales en Asturias.

- ¿Fue difícil documentarse?

-La pauta general ha sido la dispersión y la pérdida de buena parte de la documentación de los archivos monásticos debido a los procesos de desamortización del siglo XIX. La búsqueda ha sido difícil, teniendo que consultarse diversos archivos a nivel nacional y regional.

- ¿Qué novedades aporta?

-Esta es la primera investigación global centrada en la medicina monástica que se realiza para el caso asturiano. Así que su originalidad es total.

- ¿Es falso que la iglesia católica daba en el pasado un trato de segunda a la ciencia médica?

-Es falso. Le daban mucha importancia a la ciencia médica para velar por el buen estado de salud de sus comunidades.

- ¿Qué otros mitos pretende desterrar con este estudio?

-El de que lo dejaban todo en manos de Dios, pues hacían uso de tratamientos médicos para ayudar a la recuperación de los religiosos, o que tuvieran pocos conocimientos científicos, ya que copiaban, estudiaban y ponían en práctica tratados médicos de la Antigüedad clásica.

- ¿Cómo se formaban en medicina las órdenes monásticas? -Inicialmente, en la Edad Media los monjes interesados en la medicina se formaban de forma autodidacta y sobre la lectura de viejos códices de la Antigüedad. Paulatinamente, surgen las escuelas en algunos monasterios. Al final de la Edad Media, la aparición de los estudios de Medicina en las universidades hace que el monje médico deje de ser hegemónico y comience extenderse la figura del médico laico. Con todo, a nivel monástico seguirán teniendo mucha importancia en el ámbito de la farmacopea.

- ¿Ha evolucionado mucho la medicina monástica hasta hoy?

-Aunque la medicina en manos de los laicos se extiende, en el interior de los muros monásticos pervivió hasta el siglo XIX. Desde la segunda mitad del XIX, llegan a Asturias una serie de congregaciones dedicadas específicamente a las tareas médicas y asistenciales (Hijas de la Caridad, Siervas de Jesús y de la Caridad, Franciscanas de Nuestra Señora del Buen Consejo, entre otras), y extienden su actividad al siglo XX y hasta el XXI.