La tradición de la matanza, en vías de desaparición en muchos puntos de Asturias, ha encontrado su refugio en la localidad llanisca de Posada, donde la Comisión de Festejos de San José despachó durante el pasado fin de semana un sinfín de raciones de sopas de hígado, morcilla frita, picadillo y lomo, entre otros manjares. Unas jornadas de confraternización que ayudan a costear los festejos celebrados en Posada la Vieja, informa C. MURUZÁBAL. En la imagen, voluntarios preparando la comida.