La segunda fase del saneamiento del río Casaño, la que corresponde al tramo entre Poo y Carreña de Cabrales, podría contar con presupuesto para su ejecución en el ejercicio de 2020-2021. El coste de estos trabajos se calcula que se situará en torno a los 750.000 euros; la Confederación Hidrográfica tiene el compromiso de asumir el 80 por ciento.

Así lo ha contado el consejero de Infraestructuras, Ordenación del Territorio y Medio Ambiente, Fernando Lastra, quien ha explicado que los trabajos "revisten una especial dificultad técnica y ambiental", sobre todo teniendo en cuenta que las actuaciones se van a llevar a cabo en un entorno protegido como es el Parque Nacional de los Picos de Europa.

"Estamos haciendo el proyecto para depurar los vertidos de Carreña, que es lo que queda; tiene saneamiento, pero no tiene sistema de depuración", explica Lastra, quien, además, ha desvelado que el Principado ya remitió en enero de este año el proyecto a la Confederación Hidrográfica y que este organismo ha respondido al Gobierno regional con una serie de observaciones. Y es que, en el caso de una actuación en un territorio tan sensible como es la cuenca del río Casaño, no solo hay que tener en cuenta los condicionantes técnicos, sino también los medio ambientales para garantizar la viabilidad del proyecto. "En caso de que sea viable la solución técnica, hay que ver si es viable también medio ambientalmente. Va a llevar algo más de siete meses poder disponer del informe ambiental, más engorroso que el informe técnico", sostiene Lastra.

Por su parte, la diputada de Foro Asturias, Patricia García, ha querido recordar que este proyecto no solo contemplaba el saneamiento de la cuenca del río, sino también "hacer unas sendas fluviales y una ordenación hidráulicosanitaria de los márgenes para protección contra inundaciones y la recuperación ambiental de la zona".

Esta actuación es parte de un proyecto cuya primea fase, la que iba de Poo a Arenas de Cabrales y en la que se invirtieron 4,34 millones de euros, se dio ya por concluida en el año 2016. Por eso, García cree que los habitantes de la capital cabraliega "llevan esperando demasiado tiempo a que se concluya esta segunda fase viendo cómo sus vecinos ya lo tienen hecho".