Esta propuesta -que el representante vecinal no ha querido dar a ningún partido porque no quiere que se utilice "como arma de elecciones"- incluye la creación de una raqueta en la carretera que llega al pueblo desde Covadonga para desviar a los coches hasta la vía de Posada La Vieya, para lo que habría que crear un nuevo paso a través de la finca del Torrexón. Desde ahí, los coches pasarían por la carretera que ya existe y que habría que ensanchar en la esquina del palacio y se tendría que crear un puente para pasar la vía del tren por encima. Los coches llegarían a la carretera general dejando el polígono industrial a su izquierda, donde una nueva raqueta les distribuiría hacia Llanes, Oviedo o la carretera de Niembru, atravesando Bricia por la ería del Corral. Un plan que, aclara Villaverde, tendría que cumplir una condición: "Las expropiaciones tienen que pagarse bien, el terreno de la gente vale dinero".

Además, a la vez que estas nuevas carreteras, el alcalde pedáneo de Posada entiende que se podrían crear nuevas plazas de aparcamiento que se sumen a las alrededor de 250 que ya existen y a las que se van a construir. "En Posada hay un proyecto para hacer una gran superficie comercial con entre 150 y 200 plazas de aparcamiento", cuenta el alcalde. Por otro lado, la reducción del tráfico permitiría semipeatonalizar el centro de la localidad, a imagen de lo que se hizo en Llanes, ampliando las aceras.

Con esto, Villaverde afirma que Posada tendría "mucha vida" y se acabaría con el problema del paso a nivel, que soporta una media anual de 6.376 vehículos al día y presenta numerosos baches. Un paso a nivel por el que el día de Viernes Santo del pasado año más de 300 personas cortaron la carretera y la vía del tren para exigir soluciones a un problema que, según Villaverde, se remonta al arreglo de la carretera. "Cuando se arregló la carretera, se subió a un nivel estratosférico, dejando la vía hundida", apunta el representante vecinal. Una situación que continúa sin arreglar.