En medio de la vorágine festiva, el desfile de caballos con carruajes engalanados para la ocasión y las decenas de mujeres vestidas con el traje de sevillana y de hombres con el traje de corto y el sombrero cordobés, era difícil, por momentos, saber si la fiesta se estaba celebrando en Andalucía o en Asturias. En una de las ediciones más multitudinarias de la Feria de Abril de Infiesto, todo fueron parabienes y ganas de pasarlo bien disfrutando con la cultura del sur del país. El sol animó a multitud de personas que se acercaron al campo del santuario de la Virgen de la Cueva para llenarlo de comidas campestres y ver el concurrido desfile. Pese a que el ambiente era cien por cien andaluz, la sidra no faltó en las celebraciones.

El estandarte de la Hermandad Rociera de Gijón abría la comitiva, que recorrió Infiesto de arriba abajo hasta terminar en el bello paraje del campo del santuario piloñés. Innumerables caballos y un nutrido número de carruajes pusieron la nota de color. A la altura del Ayuntamiento se unieron a la comitiva Noemí Martínez y María José Canto, llegadas desde el cercano concejo de Bimenes. Ambas se vestían de sevillanas por primera vez y se mostraban encantadas con la experiencia. "Es una fiesta muy animada", dijeron. Canto aseguró que lo importante, ante todo, era pasar un rato agradable. "Nos apuntamos a todo. Si un día toca fiesta asturiana, pues se tira de asturianía y, en caso contrario, pues a disfrutar de las sevillanas", destacaron.

Desde Gijón llegaron a Infiesto, a punto para el desfile, Magdalena Martínez y las hermanas Cuca y Caita Estrada. Era también la primera vez que hacían acto de presencia en la feria piloñesa. "En Gijón había una feria como esta hasta hace unos años y es una pena que ya no se celebre", lamentaron.

Las ovetenses Geli Amez, Yolanda Moreno y Ana Luque lucían trajes de faralaes junto al santuario de la Cueva. "La Feria de Abril de Infiesto es, sin duda, la mejor de cuantas se celebran en Asturias", afirmaron sin dudar. Las tres son alumnas de un taller de baile de sevillanas. "Acabamos de llegar y estamos calentando motores. En breve comenzaremos a bailar", señalaron. El "arte andaluz" cautiva a estas tres ovetenses. "En estos tiempos que corren se necesita un poco de alegría", indicaron.

Los miembros de la Asociación Cultural Camino Real de la localidad de Lozana, Piloña, acudieron a la feria con carruaje propio. "Era de la condesa de la Piconera, de Ribadesella, y tiene más de cuarenta años", dijo Victorino Molino. Subidas al mismo iban su esposa, María Dolores Bermúdez, junto a María José González, Consuelo Peral Espina y María el Carmen González. A lomos del hermoso caballo "Zar", con sus trajes de sevillana y de corto, respectivamente, disfrutaron de la romería Valentina Ciuca y Daniel Álvarez, llegados ambos desde Riosa.

Una de las sevillanas más jóvenes era la pequeña de 11 meses Valeria. Con su madre, Verónica Moral, compartía traje de sevillana amarillo. Por ambas corre sangre cordobesa. "Estamos encantadas. Hay un gran ambiente", señaló Verónica Moral.

Antes de la misa en la que cantó el Coro de la Hermandad Rociera de Gijón, el párroco local, Manuel García Velasco "Lito", bendijo a los caballos. El templo piloñés se llenó de fieles minutos antes del inicio de la eucaristía rociera.