Apadrinar bancos para que la memoria colectiva del pueblo siga viva, siempre y cuando los padrinos muestren fidelidad a los bellísimos paisajes de los Picos de Europa En la localidad cabraliega de Asiegu creen que esta iniciativa, además de novedosa en Asturias, es una manera singular de mantener el mobiliario urbano limpio y en buen estado de revista. Desde que a comienzo de año los lugareños se sacaron de la manga la idea, con el desparpajo que les caracteriza, se han visto desbordados por la acogida. La adopción de los bancos, además de prometer fidelidad a los paisajes, guarda otra obligación: pagar una simbólica cuota de un euro al mes durante dos años para el mantenimiento de los mismos en forma de renovar la pintura o reparar algún desperfecto.
El éxito de la iniciativa es tal que, a día de hoy, la totalidad de los bancos tienen padrinos. Incluso hay lista de espera, según cuenta uno de los vecinos del pueblo, Javier Niembro. "Hay iniciativas parecidas en otras partes del mundo como Buenos Aires, Escocia o Nueva York, donde apadrinar un banco cuesta 25.000 dólares", explica. Los bancos fueron colocados por el Ayuntamiento en diferentes pistas de acceso a fincas a petición de los vecinos tras la concentración parcelaria llevada a cabo en el año 2005. "Pensamos que se trata de una buena iniciativa para, con una pequeña aportación privada, contribuir al cuidado de lo público. Son zonas de paseo", explica.
En cada uno de los catorce bancos apadrinados hasta la fecha se coloca una placa con el nombre de la persona a la que se le dedica. El abuelo o la madre fallecida hace años, son, por ejemplo, los motivos que llevan a la gente del pueblo y también a turistas o visitantes, a querer involucrarse en este novedoso proyecto. Las placas de madera comenzaron a colocarse hace tan solo quince días.
Mientras la iniciativa de los bancos no para de ganar fans y reconocimientos a través de las redes sociales, los inquietos y animosos vecinos de Asiegu ya preparan nuevos proyectos. La última idea que se les ha ocurrido pasa por dedicar la marquesina a uno de sus vecinos más queridos. En concreto a la figura de Dionisio Cándido Viejo Bueno, emigrante a México. En este lugar han colocado una placa con un texto del libro "Oriundos" de Fernando Fernández, donde se cuenta la historia del viaje de éste al país azteca en busca de su padre. En la plaza del pueblo se colocará también un banco dedicado a la familia de Dionisio Cándido, en agradecimiento por la donación del huerto de las Berzas al pueblo, que realizaron en al año 2002.
El éxito de la idea, así como las felicitaciones por el cariño con la que la han desarrollado, enorgullece a los vecinos de Asiegu. "No dejan de ser cosas pequeñas. Con esto no vamos a cambiar el mundo, pero es una manera que tenemos de comprometernos con lo que nos rodea y de recordar a nuestros antepasados", dicen.
