Todos los grupos que compongan la próxima corporación llanisca tendrán representación en el patronato de la residencia Faustino Sobrino, pero el acuerdo no se aprobará hasta la próxima semana. El voto en contra del PSOE y la falta de dos concejales del cuatripartito en el pleno celebrado ayer hizo que no se pudiera aprobar el cambio en los estatutos, al no ser respaldado por mayoría absoluta. El alcalde del municipio, Enrique Riestra, ha asegurado que en la sesión plenaria prevista para la próxima semana el cambio se hará efectivo.

De esta manera, el nuevo patronato estará presidido, como ocurre ahora, por el alcalde o alcaldesa del concejo, siendo el vicepresidente el concejal de Servicios Sociales. A ellos se van a sumar dos vocales del equipo de gobierno y un vocal de cada uno de los grupos que cuenten con representación en el pleno, así como un representante del Principado y una persona del concejo de reconocido prestigio. La dirección o gerencia del centro también estará representada.

Con esta medida, Riestra ha explicado que su intención es poner "todos los mecanismos" para que no vuelva a darse una situación de "descapitalización", refiriéndose a las pérdidas que se habían dado en las cuentas de la Faustino Sobrino desde 2005 hasta 2018, año en el que sí obtuvo beneficios. Pérdidas que llegaron a ser de 473.988 euros en 2012. Según Riestra, con esta mayor vigilancia se podrán evitar los tres problemas que condujeron a la situación crítica de la residencia: "La inexistencia de ningún control de costes, el descontrol de ingresos y la carencia de un plan de negocio".

Por su parte, el PSOE explicó que está de acuerdo en que hay que "profesionalizar" la gestión de la Faustino Sobrino, si bien su portavoz, José Manuel Herrero, ha justificado su voto en contra porque el cambio de los estatutos no es ni consensuado ni profundo y no es representativo del pleno.