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Hacer política a los 90 años en Piloña

Benedicta Viesca empezó en la lista de Tierno Galván y apenas ha fallado en las municipales: "Nunca quise primeros puestos, pero sí estar ahí"

La nonagenaria Benedicta Viesca, ayer en Espinaréu. C. CORTE

Benedicta Viesca García tiene seis nietos y cuatro biznietos, pero no es una abuela al uso. Lejos de pasar sus días tejiendo calceta, lo que más le gusta a esta piloñesa del barrio de Ferrán (parroquia de Espinaréu) es devorar libros -en sus manos está ahora "Manual de resistencia", de Pedro Sánchez- y seguir en la política activa. Tanto que con noventa años ha aceptado volver a formar parte de la candidatura del PSOE de Piloña, eso sí, en calidad de suplente. Y es que si algo tiene claro es que será "socialista militante hasta la muerte".

El motivo: no hay, a su juicio, un partido que defienda mejor los intereses de las clases obreras y de los que menos tienen. "Los grandes avances en igualdad llevan la firma de gobiernos del PSOE. La emoción que sentí cuando, por ejemplo, se legalizó el matrimonio homosexual es impagable", resume. Por eso anima a los jóvenes, especialmente a las mujeres, a votar el próximo 26 de mayo "para que no ganen los que recortan los derechos que tanto costó conseguir".

Viesca estudió en la escuela de Espinaréu y también acudió seis meses a la de las monjas de Infiesto (en El Prial) para aprender a escribir y multiplicar. Pasado ese periodo no le quedó otra que dedicarse a las tareas del campo, donde fue testigo "de muchas injusticias y pobreza". Así, cuando con apenas catorce años llegó a sus manos un panfleto clandestino con proclamas socialistas, en plena dictadura franquista, sus ansias de trabajar "por un mundo más igualitario" comenzaron a aflorar. Ideas con las con las que también simpatizaba el que después sería su marido, el sevillano Antonio Pliego, ya fallecido. "Yo no sabía que él era de las Juventudes Socialistas, pues durante el cortejo no hablamos de política", matiza la nonagenaria.

La pareja compró una radio a plazos con la que prendían por las noches para sintonizar emisoras extranjeras, gracias a la cual supo de la existencia de políticos antifranquistas como Enrique Tierno Galván, fundador del Partido Socialista Popular (PSP) que tras las primeras elecciones democráticas de 1977 se integró en el PSOE. "Me identificaba con lo que él decía, así que me afilié y concurrí en su lista como representante del campo. Dimos juntos un mitin en la plaza de Toros de Gijón y también participé en el congreso de Perlora en el que se decidió la unificación", cuenta.

Los carteles anunciadores de aquel discurso y de otros que dio en Infiesto, Nava o Pola de Siero fueron eliminados de su hemeroteca el 23 de febrero de 1981 por temor a represalias si el golpe militar de Antonio Tejero prosperaba. "Fueron días difíciles, pero yo nunca me amedrenté a pesar de que la Guardia Civil vino a casa para preguntarme por qué me metía en líos políticos si yo vivía relativamente bien". Su respuesta fue contundente: "Porque hay gente que no vive tan bien y merecen las mismas oportunidades".

Desde entonces su nombre ha figurado en casi todas las listas electorales socialistas del municipio de Piloña, desde Juan Ignacio Priede, pasando por Camilo Montes y ahora con Iván Allende. "Nunca me gustó ir en los primeros puestos de la lista, pero sí estar ahí, que supieran que podían contar conmigo. No me mueve ningún afán de lucro, sólo el deseo de que no haya niños pasando necesidades ni trabajadores explotados o con condiciones precarias", aclara la mujer, que compaginó su compromiso político con el cuidado del ganado y la crianza de tres hijos.

Y promete seguir al pie del cañón "defendiendo el socialismo y el hacer el bien sin mirar a quien".

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