El Principado descarta que el avispón japonés haya llegado a Piloña. Técnicos de la Viceconsejería de Medio Ambiente sostienen que el ejemplar encontrado en una trampa colocada por una apicultora en Infiesto no pertenece a la temida especie "Vespa mandarina japonica". Aseguran que, a día de hoy, no tienen constancia de la presencia de esta avispa en la región. El insecto capturado no es más que un avispón autóctono, cuyo nombre científico es "Vespa crabro".

En el Principado aprovechan para lanzar un mensaje de tranquilidad a los apicultores. "Descartamos su presencia aquí. Parece que se ha generado una alerta innecesaria", señalan. Expertos apicultores niegan también la presencia de esta especie en Asturias. La "Vespa mandarina japonica" tiene una longitud de entre 7 y 8 centímetros. Es originaria de Japón y se ha detectado ya en China. "Eso no quiere decir que haya llegado a Europa. No hay constancia de eso", explican.

La gran amenaza para los apicultores de la región es, a día de hoy, la avispa asiática. Esta especie se ha expandido rápidamente por todos los rincones de Asturias. Mientras en 2017 su presencia se concentraba únicamente en el occidente y el oriente de la región, el año pasado colonizó todo el área central. De hecho, sólo hay cuatro municipios libres de este insecto: Caso, Teverga, Degaña y Yernes y Tameza.

En el Oriente, la proliferación de nidos de avispas asiáticas ha hecho que colectivos como, por ejemplo, "Stop Velutina", recomienden la colocación de trampas caseras con botellas de plástico y un atrayente dulce a base de zumo, cerveza negra y vinagre.

La expansión de la temida avispa asiática es tan rápida que el presupuesto para instalar las trampas se ha multiplicado para combatirla. En esta parte la región uno de los primeros ataques registrados tuvo lugar en una finca de un vecino de Colombres (Ribadedeva), Antonio Álvarez Boeta. En el año 2012 varias avispas de esta especie entraron en su huerta y arrasaron su plantación de peras.