Ribadesella no es un municipio fácil de ordenar urbanísticamente. En gran medida, por culpa de la gran protección del patrimonio que, entiende la alcaldesa, Charo Fernández Román, se da en todo el concejo y, muy concretamente, en el centro de la villa, donde incluso "se protegieron edificios que ya no existen".
Un problema, dice, "para el Ayuntamiento y los vecinos", pues todos ellos deben pasar por más trámites burocráticos a la hora de llevar a cabo actuaciones en dichas zonas. Eso fue lo que le ocurrió al consistorio, por ejemplo, a la hora de rayar el suelo en el casco histórico para evitar resbalones, una actuación que se vio retrasada porque la Consejería de Cultura no acababa de conceder el permiso. Y esto se da, en muchos casos, en edificios "que no deberían estar protegidos". Como ejemplo, pone el antiguo edificio Apolo, que en su momento fue catalogado por el Principado basándose en fotografías antiguas. "Ese edificio está muy cambiado, por ejemplo no tenía segundo piso", cuenta la regidora.
Y como ese caso cuenta que hay más. Como otro edificio también en el casco antiguo que quedó protegido por las características de su patio interior. Un patio que, aunque aún existe, cambió de aspecto hace años debido a una fuerte granizada que lo dañó, por lo que de nuevo cuando se catalogó ya no tenía los elementos por los que se le dio ese trato especial. "Se protege por proteger, y el casco histórico se va deteriorando", lamenta.
Una situación que se ha extendido a la calle Marqueses de Argüelles, una vía que no tendría que estar protegida pero que se encuentra bajo la lupa de Cultura debido a un trazado erróneo del Camino de Santiago, un aspecto que desde el Ayuntamiento se ha reclamado y que está a la espera de pasar por la Comisión Permanente de la Ruta Jacobea para intentar buscarle una solución.
