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El tesoro oculto de Lastres que guarda la casa del Doctor Mateo

La que fue la casa del televisivo médico esconde la antigua consulta del médico Pedro Villarta, con todo su instrumental intacto

Ángel Moro y Félix Joglar, en la antigua consulta del doctor Pedro Villarta en Lastres, delante de su escritorio. C. M.

En Lastres, la joya colunguesa por excelencia, hay una casa de sobra conocida. En lo alto del pueblo, en una esquina escondida, se encuentra la vivienda del "Doctor Mateo", el complicado médico que mostró la localidad a todo el país a través de la televisión y que aún consigue arrastrar turistas hasta la villa. Sin embargo, lo que pocos saben es que en esa misma casa ya había vivido otro doctor, don Pedro Villarta, y que en la parte baja de la vivienda está escondida, como todo buen tesoro, su antigua consulta y todo lo que fue recopilando para ejercer su profesión y mejorar la vida de los vecinos. Un lugar que lleva a cualquiera que traspase su puerta un siglo atrás en el tiempo.

Material quirúrgico, numerosas gafas y cristales diferentes, su antigua máquina de escribir e incluso medicinas que él mismo preparaba en su rudimentario laboratorio son tan solo algunos de los objetos que se han mantenido ocultos a lo largo del tiempo. Desde su jubilación a los 80 años, allá por 1955, ningún otro doctor ha utilizado esa consulta. "Don Pedro Villarta se graduó en 1902 -como atestigua su orla, aún colgada en la pared- y llegó a Lastres en 1903. De aquella no había Seguridad Social y la gente iba a curanderos", explica el presidente de la asociación de vecinos local, Ángel Moro. De allí aún se marcharía a los dos años, para regresar, poco tiempo después, definitivamente, ya casado con doña María Tuñón.

Un doctor que se ganó el respeto de todo el pueblo, pues se implicó en el bienestar de los vecinos. "Además de medicina general también hacía de oculista y dentista, aquí están todavía todos los aparatos que utilizaba. Además, tenía otra habitación para casos urgentes porque, como los hospitales más cercanos estaban en Oviedo y Gijón, atendía aquí los partos y a los enfermos de tuberculosis", explica Moro. Entre el material médico, que incluye incluso un tensiómetro y un aparato para evitar que los pacientes gritaran, también hay ejemplares de libros realmente antiguos, como la primera edición de la enciclopedia Espasa (1908-1930).

Y si a alguien hay que agradecer que se conserve todo esto es a Félix Joglar, conocido en Lastres como "El Cericu", que lleva más de veinte años cuidando de semejante patrimonio. Ahora, una vez que el lugar ha sido cedido por sus propietarios al pueblo de Lastres, la asociación pide que se acondiciones para que pueda ser abierto al público y que así deje de ser un tesoro oculto para convertirse en patrimonio de todos.

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