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"Nos multan por proteger nuestros barcos", claman los pescadores de Llanes

Puertos sanciona a un marinero y advierte de otras diez multas por meter las embarcaciones en el muelle deportivo: "Parece una persecución", señala la Cofradía

Aurelio Gutiérrez, con la multa, junto a Ángel Batalla. EMILIO G. CEA

Malestar entre la flota pesquera de Llanes con la Dirección general de Puertos. Los marineros de la Cofradía de Pescadores "Santa Ana" dicen sentirse perseguidos y señalados por este organismo. Una multa y hasta diez amenazas de sanción en los últimos dos meses por meter los barcos en el actual puerto deportivo (puerto de refugio, según los pescadores), ha colmado su paciencia. En el puerto deportivo existen zonas especialmente preparadas para el atraque de los pesqueros en caso de que sea necesario.

Aurelio Gutiérrez, patrón y armador del "Nuevo Vendaval", ha sido la última "víctima". A comienzos de mayo y con previsión de olas de cinco metros según partes meteorológicos, introdujo su barco en el puerto deportivo para protegerlo. Días después recibía una sanción de 300 euros. "El protocolo que nosotros tenemos (del año 2012) dice que con olas de 5 metros se debe avisar con 24 horas de antelación a los pesqueros para que nos de tiempo a entrar y cerrar la compuerta", dice. En 2018 entró en vigor un nuevo reglamento para el funcionamiento de la compuerta que, según los miembros de la cofradía, a ellos nadie les ha hecho llegar. "Parece que hay una persecución. Para colmo tienen todas las infraestructuras desatendidas. Ese protocolo aquí no llegó. Más de una vez nos reunimos con ellos para negociarlo y no volvimos a saber nada", aseguran.

Los pescadores dicen que volverán a entrar al puerto deportivo cuando las embarcaciones estén en peligro o no haya espacio material en la dársena para amarrar (este lugar se queda pequeño, por ejemplo, durante la campaña de la xarda). "Nos sentimos ninguneados. No mueven un dedo para mejorar las cosas. El puerto está sin dragar y nos multan por meternos dentro donde no molestamos a ninguna embarcación deportiva", sostienen.

Alfonso Díaz fue multado en 2016 cuando el incendio de una lancha estuvo a punto de propagarse a otras embarcaciones deportivas y acabar en tragedia. Y eso que se jugó el tipo para sofocar las llamas. Ese día había amarrado dentro. "Nos deben dejar amarrar ahí siempre que tengamos necesidad de hacerlo", dice.

Los pescadores creen que detrás de las multas y las amenazas de sanción está su negativa pública a que los lodos del dragado del puerto de Bustio, en Ribadedeva, se viertan enfrente de las costas de Llanes. "Esto es peor que una dictadura. Todo es ordeno y mando. No se puede consentir que al frente de las infraestructuras estén dos funcionarios que tienen los puertos que dan pena", clama el patrón mayor de la cofradía, Ángel Batalla. Éste explica que jamás nadie les prohibió atracar en el puerto convertido en deportivo en el año 2012. "Ningún funcionario tiene derecho a echarnos de un sitio donde llevamos 800 años. No hay ningún documento que diga que no podemos usarlo. Es indignante. Nos multan por trabajar y por proteger nuestros barcos y nuestro medio de vida", señala.

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