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"Es un despropósito", claman en Llanes al cerrar el bar de la Casa del Mar

La Tesorería de la Seguridad Social considera que no cumple el uso social para el que fue ideado hace veintitrés años y el domingo echa el candado

Juanjo Noriega, Toño Novo, Rafa Antuña, Pepín Colilla y Salvador Cué, en su llamada "mesa de sabios" de la Casa del Mar. E.S.R.

La Casa del Mar de Llanes cerrará sus puertas el próximo domingo. El empresario hostelero Juanjo Noriega no volverá a deslizar a un lado el toldo azul y blanco a las seis de la mañana para dar café a los pescadores que salen a faenar, ni tampoco estará ahí para recibir a los que llegan de pescar durante la noche. Ya no habrá tertulia a primeras horas de la mañana en la "mesa de sabios" donde unos pocos se juntan para tomar el primer sorbo de café antes de empezar la jornada laboral desde hace más de veinte años.

Tampoco el loro Paco amenizará el ambiente con sus silbidos y sus piropos porque será, de algún modo, desahuciado de la que ha sido su casa tanto tiempo. La aventura se ha acabado y Noriega cierra un ciclo que abrió el 2 de julio de 1996, cuando se hizo cargo del bar que ocupaba el bajo de la Casa del Mar llanisca. La de Llanes es la última que sigue abierta en la región y será, por tanto, la última en cerrar sus puertas.

El Gobierno del Principado de Asturias ha decidido devolver el uso de la Casa del Mar a su propietario original, la Tesorería General de la Seguridad Social. El local, aducen, ya no cumple el uso social para el que fue transferido del Instituto Social de la Marina (ISM) y el bar que acoge el bajo del edificio deberá echar el cierre. Hace tiempo ninguna Casa del Mar es punto de socorro de marineros, como sucediera en tiempos pasados.

La noticia, que se veía venir hace tiempo, ha caído como un jarro de agua fría entre los pescadores de Llanes. Ángel Batalla, patrón mayor de la Cofradía Santa Ana, cree que la decisión es "un despropósito absoluto" que, además, "dejará sin trabajo a seis familias del concejo". Porque Noriega mantiene a seis trabajadores durante todo el año con un contrato fijo. "Con la que está cayendo en Asturias y que la Administración quiera cerrar un bar que funciona y es un referente de los marineros es absurdo", denunció Batalla. El marinero cree que este cierre supone "una merma en los derechos de los pescadores, que no tendrán ya un centro social" y propone que "suban la renta o cambien el contrato", pero que no dejen morir este lugar.

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