La parraguesa, de Huexes, Hortensia González encarna a quienes siguen apostando por la vida en el campo y cuidan el amor por las tradiciones. Cuando en Asturias se pudren las castañas por los caminos porque nadie las quiere pañar, su familia apuesta por plantar castaños. La razón es sencilla: "no planta nadie, pero nosotros somos un poco antiguos y nos gusta. Lo hacemos porque nos gusta". Reconoce que, al igual que ocurre con la manzana, suponen solo una ayuda a la economía doméstica, más que ser rentables. "Antes había cerdos y las comían, pero la gente va envejeciendo y ya no las coge", explica Hortensia González.
Tiene claro que "la valduna siempre tendrá salida" porque es la que más gusta y tiene mayor demanda, a pesar de que es también la más cara. Este año cotiza entre cinco y seis euros el kilo, cuando por el resto de variedades se paga entre tres y cuatro. Su éxito reside en que son "más dulces, pelan muy bien, son grandes y muy sabrosas".
Hortensia González agrega que es la que más se valora. Así que no dudaron en plantar unos 70 castaños de valduna, aunque todavía son jóvenes. Pero también destaca la parruca o ñargaña, que es más pequeña, pero "riquísima, dulce, y pela muy bien". Son las dos variedades que más le gustan de las 70 que dan sus castaños.
En su casa no faltan castañas en esta temporada, las prepara asadas en el horno y recomienda darles un corte por la mitad para que abran mejor, en lugar de cortales un trozo. Las prefiere con leche, "como toda la vida". Hortensia Gonzáles destaca que este año hay buena cosecha, aunque son de menor tamaño por la sequía. Según el refrán, "agosto secu, castañes al cestu", pero este verano la falta de lluvias se prolongó demasiado, hasta septiembre. Ya están listas y bien ricas para llevarlas a Arriondas.
