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Pensionistas del norte de España claman por sus derechos en Panes

Los jubilados cántabros agradecieron su labor al personal del centro de salud

Pensionistas de Asturias, Cantabria y País Vasco concentrados ayer en Panes. EVA SAN ROMÁN

Los jubilados de Asturias, Cantabria y País Vasco clamaron ayer en Panes por unas pensiones dignas. Un centenar de miembros de las respectivas coordinadoras de pensionistas acudieron a la capital de Peñamellera Baja para reivindicar los derechos de cara al "futuro tan incierto en el que nos han colocado nuestros políticos, los de antes, y los de ahora".

La concentración se inició en la zona de La Plaza, junto al centro de salud, para marchar minutos más tarde por las calles de Panes, megáfono en mano. Canciones con letras adaptadas a la reivindicación de las pensiones dignas (mínima de 1.080 euros), lemas convertidos ya en eslóganes que han recorrido todos los puntos de la geografía española, y premisas repetidas por todos con el único fin de recordar a los mandatarios que, "gobierne quien gobierne, las pensiones se defienden".

La cita de Panes no fue una casualidad. Los jubilados eligieron la capital de Peñamellera Baja porque a ella acudieron hace algún tiempo, tras un suceso acaecido durante una ruta de montaña. Cuando los pensionistas cántabros llevaban su mensaje al pueblo de Tresviso unos decidieron hacerlo en coche, pero otros prefirieron llegar al pueblo a través de la localidad de Urdón (Cantabria) por un sendero montañoso.

Tal como recordó ayer Gonzalo Barredo, el portavoz de la Coordinadora de Cantabria, la ruta concluyó a las 9 de la noche después de que uno de los integrantes de la excursión sufriera una caída. Tuvieron que bajarlo a hombros, "llegamos con frío, y lo pasamos mal. A siete de nosotros nos dio un corte de digestión por el frío y por el estrés" y el siguiente pueblo donde había un centro de salud era Panes, a diez kilómetros de Urdón. "Nos atendieron de maravilla, nos tumbaron, nos trataron, nos dieron cariño y nos sentimos realmente bien", rememoró. Incluso "nos atendió personal que no estaba de servicio ni de guardia", subrayó.

Por eso, cuando todos estaban de vuelta en sus respectivos domicilios, "decidimos que deberíamos volver a agradecer el gesto", algo que se materializó en la mañana de ayer, cuando acudieron con un ramo de flores y todo su afecto al centro de salud de la localidad peñamellerana.

Los trabajadores de la Sanidad pública del ambulatorio de Panes, apuntaron, representan el potencial del sistema español "y tenemos que cuidarlos". La lucha de estos pensionistas se basa en eso, en cuidar, entre otras cosas, "una Sanidad que nos van recortando y privatizando poco a poco", apuntó la portavoz de la Coordinadora asturiana, Teresa Dopazo, quien reivindicó la necesidad de "seguir invirtiendo en nuestra Sanidad" y quien advirtió que, por el contrario, "nos la están quitando".

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