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"Friki", el toro semental de récord en la puja de Cangas de Onís: 3.050 euros

Rubén Remis se hace con el ejemplar de asturiana de la montaña: "Es un capricho para mejorar la raza" l El cabrito "Iluso" cotiza a 1.000 euros

David Alonso Hevia, con "Iluso". MARIOLA MENÉNDEZ

Cada uno tiene sus caprichos. El de Enrique Remis acaba de ser invertir 3.050 euros en "Friki", un semental de asturiana de la montaña, y el de David Alonso, pagar 1.000 euros por un cabrito de raza bermeya. Fueron las dos pujas más altas que se alcanzaron en la subasta celebrada ayer en el mercado de ganado de Cangas de Onís.

"Es un capricho, un poco caro, pero si Dios quiere y nos da salud, con él conseguiremos una mejora de nuestra ganadería", esgrime Rubén Remis Amieva. Él y su padre, Enrique Remis, llegaron ayer a Cangas decididos a marchar para casa con este toro de 24 meses y 419 kilos de peso. Estaban dispuestos a pagar hasta 3.500 euros por un animal que les convenció por su buena genética. Batió récord porque el semental por que más se había pagado hasta la fecha eran 3.000 euros

También se llevaron de esta subasta a "Chicu", otro semental de raza casina por el que pagaron bastante menos, 1.250 euros. Con estos animales quieren mejorar su ganadería de Sirviella, en Onís, en la que tienen otros cuatro sementales más. "En abril o mayo ya suben para el puertu", apuntó Rubén Remis. Además de unas 150 cabezas de ganado de asturiana de la montaña tienen una docena de parda alpina para obtener la leche con la que elaboran el queso gamonéu del puertu. El precio de partida de los quince sementales que se subastaron era 900 euros.

"Friki" fue el semental más caro, seguido de lejos por "Capitán", que alcanzó los 1.500 euros, y "Fundador", los 1.450. El resto oscilaron entre los 900 iniciales de la puja y los 1.250. Hubo tres que quedaron desiertos.

David Alonso Hevia, de Laviana, también fue ayer en Cangas a tiro fijo. Ya le había echado el ojo en Infiesto a "Iluso", pero entonces no se arregló con su dueño. Aunque tenía pensado llegar a los 700 euros, en lugar de a los 1.000 que pagó, reconoce que no podía "dejar escapar" a este cabrito con el que también prevé mejorar la calidad de su ganadería. "Es muy bueno, con mucho desarrollo, casi como los castrones", argumenta. Pero lo ve como una inversión porque "con diez cabritos hijos que vendas suyos ya lo amortizas". No obstante, una animal como este, de 11 meses, puede costar unos 300 euros. El precio de partida de los cuatro cabritos subastados era de 150 euros. "Perdigón" alcanzó los 400 euros, "El Pijo", los 375, y "Costero", 300 euros. "Llevo muchos años peleando por la raza y con este macho se van a vender mejor", destaca este criador de cabra bermeya.

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