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El Puentón

La dejadez de la clase política en el Oriente

La que debería ser la primera empresa de la comarca, el Parque Nacional, se encuentra de capa caída y sin freno

La dejadez de la clase política en el Oriente

Restan un par de telediarios para echar el telón al 2019 y los proyectos brillan por su ausencia en buena parte del oriente de Asturias. Menos mal que con la llegada de Navidad todo es paz y después gloria. Entre tanto, las cosas pintan de un gris oscuro que pone los pelos de punta en cuanto al futuro que le aguarda a esta histórica comunidad autónoma, al menos en las alas. Ya sólo nos queda el turismo y, para más inri, totalmente estacional o sea de poco más de cuatro meses al año, incluyendo puentes festivos. Lo demás, pamplinas. Es lo que hay queridos parroquianos.

Quiero centrarse en lo que acontece en el campo asturiano, en el mundo rural. Los ganaderos están hasta las mismísimas pelotas -lo escribo en cristiano-, pues los daños a sus cabañas se incrementan día sí y otro también. Cierto es que se llevan a cabo los controles de población al lobo, aunque los destrozos que causan los depredadores ya resultan difíciles de compensar. La gente está con el agua al cuello y, por si fuera poco, aguanta como puede a que la administración pague sus deudas. ¡Ay, si es al revés..!

La que debería ser la primera empresa de la comarca, el Parque Nacional, se encuentra de capa caída y sin freno. Se ha sumido en la dejadez más absoluta. El modelo quedó caduco y quienes pagan los platos rotos son los visitantes que se gastan los cuartos por venir a disfrutar de esos parajes astures. Cerradas las instalaciones, falta de conservación y mantenimiento... ¿Hacia dónde camina el espacio natural protegido más importante de la comunidad autónoma? Al caos más absoluto.

Razón tenían y tienes los ganaderos cuando alzan sus voces, pese a que la falta de unión bendice a los gestores del Parque Nacional; razones podrían tener quienes reclaman inversiones de calado, aunque muchos del PSOE se pongan de perfil para eludir los problemas. Y

a nadie mueve un hilo para luchar por la única fuente de riqueza de nuestra área de influencia de los Picos de Europa. Mientras, en Cantabria, lo tienen todo a favor; y, en León, van camino de sacar tajada ante el pasotismo de Asturias.

Me preocupa, y mucho. Aún más, temo que algún día no muy lejano los gestores del Parque Nacional acaben por solventar la situación aplicando la media más drástica posible: bajar la barrera en El Peregrino y que únicamente suban un número determinado de vehículos, es decir, unos trescientos. De llegar a esa situación ya podemos aventurar el cierre de muchas pequeños empresas, de diversos sectores, en Cangas y alrededores. Reducir al mínimo el acceso de visitantes conllevaría escenarios dantescos para la economía de la zona. ¿Nos ponemos de perfil? Si es así, esto se va al garete.

Otro tanto de lo mismo diría del turismo de navegación, en la cuenca del Sella, cada vez más cerca de ser sometido a una gran regulación. De momento pocos se atreven a poner el tema sobre la mesa, pese a que el run run suena con fuerza. Los afectados deben aunar fuerzas antes de que sea demasiado tarde y consensuar unas directrices que eviten la usurpación de ese tipo de actividad y negocio. No es de extrañar, si nadie se moviliza, que algún grupo todopoderoso se haga con la explotación del servicio. Quien avisa no es traidor.

Me viene a la memoria en estas fechas que hace un montón de años nos prometían, en el caso concreto de Cangas, un Centro de Día y nuevos Juzgados; un Auditorio, en Contranquil; pistas de atletismo, en las cercanías del área deportiva, etcétera. O, en lo referente al concejo de Parres, el cansino proyecto de reforma del puente "Emilio Llamedo Olivera", la mejora de la arteria principal de Arriondas y peatonalización de espacios públicos, entre otros. Incluso, en el tema Ribadesella, el olvidado (?) proyecto de rehabilitación del puente.

No hace falta reescribir sobre obsoletas infraestructuras viarias que afectan a la comarca. Se necesitaría más de medio periódico para plasmar todo lo prometido y no ejecutado, venga de un lado o de otro. Ahora, solo resta esperar nuevos acontecimientos a modo Gobierno. ¿Más de lo mismo? Desde mi modesta opinión, tenemos que ponernos las pilas. Las elecciones ya son historia. Pero ¿alguien otea proyectos para solucionar los problemas de la ciudadanía? Sigo a la expectativa y más en vísperas de Navidad.

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