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ALBA ROMERO | Psicóloga y logopeda llanisca, promotora de la asociación "Alienta"

"Hay muchas carencias y muchas necesidades en la atención a niños con altas capacidades"

"La asociación nace para mediar entre las familias, que están perdidas tras el primer diagnóstico y necesitan un desahogo emocional"

Alba Romero, en la playa de Torimbia. EVA SAN ROMÁN

Alba Romero es psicóloga y logopeda, capaz de transmitir su vocación con una intensidad contagiosa. Y ha creado, desde la nada, un espacio donde personas con idénticos problemas, son capaces de reunirse, hablar, plantear dudas, resolver problemas y tener una esperanza. Se trata de la asociación "Alienta", que nació con vocación comarcal pero que ha llegado a lugares como Gijón o Pola de Siero. Un lugar al que acudir cuando un hijo, o un familiar, tiene alguna discapacidad o necesidad educativa especial.

- ¿Por qué nace "Alienta"?

-Nace por la experiencia creada después de ocho años trabajando como logopeda y psicóloga en Llanes. Conocí familias con problemas parecidos y las puse en contacto. Por ejemplo, si había una familia con un niño autista, la ponía en contacto con otra familia con otro niño autista de más edad. De ese modo unos veían cómo evolucionaría la situación que vivían. Las familias son fuentes de información y fueron ellas quienes me plantearon hacer algo más grande. Además, conocí a muchos profesionales que podían compartir sus conocimientos y siempre he tenido claro que todo este trabajo se hace a base de tejer redes.

- ¿Quién acude a la asociación?

-Familias con hijos o familiares con discapacidad o necesidades educativas especiales. Pero no sólo lo hacen para aprender a gestionar ese "problema", mi papel es un poco el de mediar. Mediar entre las familias y entre las administraciones. Las familias están perdidas en el momento en el que reciben un primer diagnóstico. No saben si tienen que pedir certificados, qué apoyos necesitan sus hijos en el colegio, no saben qué ayudas les corresponden? y no saben a dónde ir para entenderlo.

- ¿Qué requisitos ha de cumplir alguien que pueda beneficiarse de los servicios del colectivo?

-En principio deben ser niños y adolescentes con necesidades de apoyo específico educativo del Oriente de Asturias. Aunque también han llegado de más edad y de otros lugares, así que cualquiera que tenga un hijo con alguna dificultad podrá beneficiarse.

- ¿Cómo suele asumir una familia que su hijo tiene unas necesidades especiales?

-En la zona rural aún hay mucho por hacer en ese sentido. El tema de la discapacidad sigue siendo tabú, sigue provocando vergüenza por el qué dirán, así que suelen esconderse en casa. Esta cuestión se puso sobre la mesa en la primera reunión que hicimos en el mes de noviembre, hubo familias que asumieron que esto era así. Y esto no sólo es una cuestión social, es que si no se asume tampoco se trabaja con los niños.

- Y quien sí lo asume, ¿qué recursos tiene en la comarca?

-Son muy limitados, muy escasos. Hay espacios, como el Orione o la asociación "Emburria", que trabajan con personas con discapacidades, pero trabajan algo muy específico. Cualquier actividad o colectivo más amplio está en ciudades como Oviedo, Gijón o Avilés, y ahí se unen varios factores para frenar la itinerancia de las familias. Primero, que el transporte en la comarca es deficitario; después, que no todos tienen capacidad económica para acudir a las ciudades y, por otra parte, que las actividades suelen ser entre semana, con lo que no es sencillo desplazarse. Así que creo que necesitábamos una asociación como esta en la comarca.

- ¿Cómo se gestiona la educación de un niño discapacitado o con altas capacidades?

-A nivel educativo hay mucho por hacer. Los profesores de apoyo no son suficientes y cada vez hay más niños con dificultades. La atención temprana se ofrece sólo en el hospital de Arriondas desde que el niño nace hasta los tres años. Después, el Gobierno considera que esa atención debe ser sustituida por la que se haga en los colegios. Pero es un error, primero porque no es obligatorio escolarizar a los niños hasta los seis años y segundo porque el apoyo en la educación infantil no es obligatorio. De esta forma, las familias tienen que acudir a terapias privadas que financian ellas mismas. En comunidades como Cantabria la atención temprana se ofrece en los centros sanitarios hasta los seis años.

- Si bien es complicado gestionar una discapacidad, también es difícil enfrentarse a un niño con altas capacidades.

-Sí. Mucho. Y por eso ha nacido ahora un grupo de familias con niños de altas capacidades. Tuvimos la primera reunión el viernes en Llanes y de ahí han salido muchas propuestas. Es cierto que este tema es bastante desconocido y las familias están preocupadas. Hay pensamientos erróneos respecto a los niños superdotados. Los pequeños con altas capacidades tienen problemas de gestión de emociones, de conducta o en las clases porque siempre necesitan saber más. Esto genera un desafío para los profesores en las aulas. El viernes hablamos durante más de tres horas y eso es síntoma de que las familias necesitaban un foro donde desahogarse, exponer sus problemas y ver que otros pasan por la misma situación. Estos niños necesitan una ayuda a nivel psicosocial y sociológico. Hay muchas necesidades y muchas carencias. Las familias necesitan orientación y pautas y se ven solas. Al verse respaldados durante la reunión de esta semana sintieron un gran desahogo emocional, sobre todo al ver que los problemas se repiten en todos los casos.

- ¿Qué pasos tiene pensado seguir la asociación al respecto, hay alguna hoja de ruta?

-Hemos decidido crear un grupo de apoyo para familiares de niños de altas capacidades y, de forma paralela, se harán talleres para los propios niños. Hay demandas de gestión emocional, con lo que se harán talleres de modificación de conducta. Haremos una escuela de padres para que ellos vean las estrategias que pueden seguir. Pero, además de incidir en las altas capacidades, estamos haciendo proyectos con los ayuntamientos para poner en marcha proyectos en espacios mixtos. La idea es poner a disposición de los que lo necesiten formadores o material. Iremos viendo después de la reunión con las administraciones.

- ¿Qué consejo darías a las familias que dudan en acudir a "Alienta"?

-Que no tengan miedo. El desconocimiento ocasiona miedo. Les diría que se acerquen, que la información que nos aportan no sale a la luz, que respetamos siempre la protección de datos y sus problemas nunca se conocerán si ellos no quieren. Pero que vengan porque cuantos más seamos más aprenderemos y más conseguiremos. Cuantos más planteen sus dudas o necesidades más soluciones podremos cubrir entre todos.

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