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Un sector en declive

Alquileres elevados, internet y la fuga a grandes áreas "matan" el comercio local en el Oriente

"Pagamos más que en la calle Uría de Oviedo", se quejan en Ribadesella, similar a Llanes en rentas: hasta 1.500 euros al mes en el centro

Alquileres elevados, internet y la fuga a grandes áreas "matan" el comercio local en el Oriente

La competencia de las grandes empresas y las altas rentas son los enemigos del pequeño comercio en general en Asturias y, por supuesto, del Oriente. Lo dicen las asociaciones de comerciantes, que asisten al cierre de negocios que o bien traspasan sus mercancías o acaban por rendirse ante la situación actual.

"En la zonas poco pobladas la dinámica del pequeño comercio siempre es la misma, y el Oriente de esto sabe mucho. Estamos a 40 minutos en coche de las grandes superficies y es comprensible que, al final, el consumidor acabe yendo a ellas". Lo evidencia Saúl Pascual Asprón, presidente de la asociación de empresarios de los Picos de Europa (Incatur). "Vivimos en una zona muy estacional y eso, si quieres abrir un negocio, te acaba repercutiendo antes o después", asume. Por eso la base está en crear una idea de negocio conjunta, trabajar en la misma dirección ofreciendo un producto diferenciado.

En Incatur quieren que la gente vea el pequeño comercio como necesario "porque es lo que da vida y beneficio para todos, porque el visitante que viene a dormir a una casa rural o a comer en un restaurante quiere ver ambiente, y eso lo proporcionan las tiendas, el pequeño comercio", dice.

En noviembre de 2018 en Arriondas todos los comercios cerraron en señal de protesta un día. La calle quedó desierta. No había gente, ni ruido. No había vida. Y llamaron la atención. "Llevamos años pidiendo colaboración por parte de todos, partimos con una desventaja inmensa con respecto a las grandes plataformas y a las ventas online, y asistimos a contradicciones tales como prohibir el tráfico en el centro de las ciudades para evitar la contaminación, y permitir que las grandes tiendas activen una cadena de transporte que lleva a un camión de reparto a hacer cien kilómetros para entregar, en tu casa, una sola prenda de ropa". Lo explica Fidelia Fernández, presidenta de la asociación de profesionales del comercio de Arriondas.

En Llanes esa problemática lleva un añadido: las rentas. Si bien en Cangas de Onís los alquileres de los locales no son bajos, y llegan hasta los 800 euros, en la principal calle de la villa llanisca alcanzan los 1.500 euros al mes. A los que hay que sumar los gastos de luz, el pago de la cuota de autónomos y, en el caso de que existan empleados, el salario de estos. Al final, eso provoca un efecto de temporalidad que genera un trasiego de aperturas y cierres que no beneficia a la imagen de la zona.

El presidente de Llanescor, Raúl Herrero, explica que el sector atraviesa "un momento difícil" por los motivos citados. Y avisa: "Con la pérdida del pequeño comercio se rompe un eslabón de uno de los grandes motores económicos de la zona". Ellos tratan de recuperar la confianza de sus vecinos colaborando en fiestas, eventos deportivos, etcétera, "cosa que ni las plataformas ni los grandes centros comerciales hacen".

En Ribadesella, Manuel García aporta otro efecto negativo: "La gente mayor es la que compra en el comercio local, y es la que está muriendo". Por contra, "la gente joven, que debería coger el relevo, es la que compra por internet". De ese modo la caída es inevitable. "La administración debería incentivarnos porque somos nosotros, los autónomos, los que movemos la riqueza del país". En Ribadesella, apunta, no hacen más que cerrar bares porque no hay movimiento durante la época invernal y porque durante ese tiempo es insostenible hacer frente a los alquileres. Y es que "pagamos más que en la calle Uría de Oviedo".

En el año 2012 había en la comarca, según el Instituto Nacional de Estadística (INE) 2.189 negocios, aunque ahí no se incluyen los concejos de Peñamellera Alta, Ponga, Amieva, Caravia y Onís. Seis años más tarde habían echado el cierre 182 pequeñas empresas. Parres, Ribadesella y Llanes lideraban, en ese orden, el número de cierres. Tras ellas , Colunga, Piloña y Cangas de Onís.

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