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Los alcaldes piden consenso antes de tomar cualquier medida en el Sella

Parres defiende la regulación de las canoas, Ribadesella desconfía de ella y Cangas de Onís reclama medidas conjuntas entre las administraciones

Los gobiernos de los concejos que cruza el Sella no tienen una opinión unánime sobre la necesidad de regular el descenso en canoa por el río, tal como defienden algunos de los empresarios de turismo activo, pero reclaman que cualquier acción que se lleve a cabo cuente con el consenso de todos los implicados. Mientras Ribadesella recuerda que la actividad ya ha sido regulada, Parres apoya una nueva norma específica y Cangas de Onís cree que hay margen para introducir mejoras que redunden en la calidad de una de las actividades estrella del verano.

Ramón Canal, regidor socialista de Ribadesella, confía en el "buen criterio de nuestra viceconsejera" (Graciela Blanco, encargada de Turismo, señaló en una entrevista a LA NUEVA ESPAÑA que el río no estaba masificado y no se daban las circunstancias para una regulación) y apunta a que "el verbo regular es muy irregular". Tal como recuerda, las bajadas por el Sella ya han sido reordenadas en diversas ocasiones, hasta el punto de que se han matriculado las canoas para controlar el número, se ha restringido el horario en aras de favorecer el criterio de los pescadores, se han establecido embarcaderos y zonas de desembarco y, en definitiva, se han definido unos estándares que serían suficientes, a juicio del regidor, si la Confederación Hidrográfica no dice lo contrario.

Pero aunque todo hasta la fecha ha redundado en una mejora, "tenemos que apostar por la calidad del turismo activo", sugiere el alcalde de Cangas de Onís, el popular José Manuel González Castro. "Hay que seguir consolidando este tipo de turismo en nuestra comarca y para ello tenemos que seguir trabajando conjuntamente entre la Administración regional, las locales y la estatal", explica. Para eso sería necesario recuperar las mesas de trabajo propuestas por el anterior consejero de Turismo, Isaac Pola, "pero no para evitar una masificación que, según se recoge en los parámetros, no existe, sino para mejorar". Trabajar de forma conjunta, y así lo han demostrado Cangas de Onís y Parres, "tiene resultados positivos", recuerda el primer edil, que apunta directamente a que el trabajo de los dos ayuntamientos sirvió para erradicar los chiringuitos ilegales que proliferaban durante todo el descenso hasta Ribadesella. Aun así, aún hay trabajo por hacer y en él "deben implicarse todas las administraciones si queremos conseguir mejorar el servicio de las empresas u ofrecer una información de calidad".

Por su parte, Cecilia García Llamedo, edil de Deportes en el Ayuntamiento de Parres, explica que "una regulación podría ser positiva de cara a mejorar la calidad turística. Desde mi punto de vista, en los últimos años el Oriente ha sufrido un crecimiento en cuanto a lo que a turismo se refiere, sobre todo en época estival, durante los meses de julio y agosto. Sin duda, el descenso del Sella en canoa es una actividad de referencia para todo aquel que visita nuestra comarca. Creo que, en cierta medida, una regulación podría ser positiva de cara a mejorar la calidad turística, pero para que esto suceda, debe ser articulado y promovido en consenso y de la mano, de los propios empresarios que ejercen dicha actividad en nuestros concejos".

La concejala parraguesa piensa que sí se puede hablar de "saturación". García Llamedo apunta que "en apenas dos o tres meses de verano reunimos el doble o el triple de la población habitual de cada concejo en temporada normal, por lo que no es de extrañar ver el río a rebosar de colorido sellero en todo su trayecto. Esperamos que, con la ayuda de Confederación Hidrográfica y la obra frente a las avenidas, que deseamos se ejecute lo antes posible, ayude también a paliar en buena medida, esta situación".

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