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Mujer trabajadora, entrañable y sencilla

Rosita Morán, próxima hija predilecta de Onís, es famosa por sus ricos guisos, a los que se rinden personalidades de todos los ámbitos

Rosita Morán. E. G. CEA

Trabajadora, entrañable y sencilla. Así podría catalogarse la figura de Rosita Morán Barro, camino de los 86 años de edad -los cumplirá en marzo-, alma máter del prestigioso establecimiento hostelero Casa Morán, uno de los templos gastronómicos del arte culinario asturiano, al pie de los majestuosos Picos de Europa, en Benia de Onís. Una mujer muy querida en toda la comarca del Oriente y fuera de las fronteras de la comunidad autónoma, quien supo ganarse una gran clientela, además de amistades, en base a sus exquisitos platos de cuchara -pote asturiano, en especial-, sin olvidar los mejores quesos -gamonéu y cabrales, sobremanera-. Toda una vida dedicada a los fogones.

Y es que el Ayuntamiento de Onís, presidido por el regidor socialista José Manuel Abeledo Viesca, acaba de abrir el expediente para otorgarle el nombramiento de hija predilecta de Onís, aunque la propuesta partió a finales del año pasado del periodista ovetense César Álvarez, fundador y primer presidente de la Asociación Asturiana de Periodistas y Escritores de Turismo, a la que se sumaría el empresario y escritor riosellano Emilio Serrano Quesada, premio Embajador de la Asturianía. La cita de la entrega de la citada distinción será el próximo 26 de marzo, al mediodía (12.00 horas), en el Centro Municipal Hermanos Álvarez Marcos, en la capital del concejo, en Benia de Onís.

Un reconocimiento que viene a redondear esa gran trayectoria profesional, además de humana, de Rosita Morán, quien, en 2006, fue distinguida por el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales con la Medalla al Mérito del Trabajo, en la categoría de plata, siendo titular de esa cartera Jesús Caldera, por su aportación a la calidad gastronómica asturiana. Aquella iniciativa, que lleva el rango de Ilustrísima Señora, partió del entonces alcalde también socialista José Antonio González Gutiérrez, recabando apoyos del Arzobispo de Oviedo, Carlos Osoro; de Pepe Bono, Juan José Ibarreche y un largo etcétera. Uno de los que más empeño puso en que saliese adelante fue Antonio Trevín Lombán, ex delegado del Gobierno en Asturias, entre otros cargos.

A Rosita Morán Barro, que disfruta trabajando en la cocina y con más de siete décadas al pie del cañón, se le van acumulando los premios y los reconocimientos públicos por su buen hacer al frente de la emblemática Casa Morán. Entre ellos cabe destacar que en el año 1995 recibió el Premio Principado de Asturias de Turismo y el diploma de honor de Hostelería de Asturias, éste en el ejercicio 2003. Asimismo, en 2010 le fue entregado el Premio Excelencia Gourmet a la Calidad Empresarial por parte de la Cofradía Amigos de los Quesos de Asturias. Pero, ahora, dentro de escasas fechas, recibirá uno de los títulos más afectivos, por su cercanía, como es el nombramiento de hija predilecta de Onís, la primera en la historia del concejo.

Rosita supo ganarse el afecto de todos sus clientes en base a sus excelentes guisos, ya que por su establecimiento -fundado en 1933- pasaron personajes y personalidades de diferentes ámbitos de la vida social de este país quedando, prácticamente todos, rendidos a su variada y deliciosa cocina asturiana. Los paladares más exigentes sucumbieron, como no podía ser de otra manera, a la calidad de los platos elaborados con los mejores productos de la huerta. Además, Casa Morán siempre ha sido un centro de reunión y convivencia. Ella disfruta con lo que hace, trabajando, y así es feliz.

La distinción de ahora es justa, francamente justa y merecida, como otros anteriores premios, galardones, medallas y reconocimientos públicos recibidos. Y la disfrutará, así como del cariño de la gente, en vida. Sobran más palabras.

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