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La explotación de uno de los principales recursos, a debate

Los empresarios de turismo activo piden más servicios y menos canoas en el Sella

El sector coincide con la patronal hostelera Otea y defiende mejorar la calidad del descenso por el río con una reducción del 10% de piraguas

Canoístas en el Sella. J. M. C.

Dotar de servicios el trayecto del descenso del Sella y reducir el número de canoas que bajan el río. Son dos de las premisas fundamentales que la Asociación de Turismo Activo de Asturias (ATAYA) ha planteado a la Dirección General de Turismo del Principado en el seno de una reunión en la que estuvieron representados varios sectores de la región.

"Hay que regular la actividad y la capacidad porque nosotros buscamos la calidad del producto, la sostenibilidad del entorno y evitar el despoblamiento, y si todos los extremos pueden coordinarse el turismo activo funcionará y se convertirá en un producto de referencia". Lo dice el presidente del colectivo, Julio Bobes, tras conocerse, a través de LA NUEVA ESPAÑA, la propuesta de Otea para la zona: un gran centro de recepción y servicios, unos embarcaderos modernos y un "plan renove" para las empresas, con el fin de que el Sella se convierta en un atractivo turístico de alta calidad y de rentabilidad, y cuya explotación no lleve a la saturación.

"Las ideas hechas públicas por Otea son las nuestras", afea Bobes. Aunque existe algún matiz. Desde el colectivo que aglutina a varias empresas de turismo activo de la región -y no todas las que operan en el Sella-, dice, "hemos propuesto la dotación de servicios en forma de aseos y botiquines, infraestructuras hechas con sentido común y acordes al entorno en el que están, tal vez dos a lo largo de todo el recorrido serían suficientes. Los clientes deben saber que existen tres zonas de salida y que en alguna de ellas tienen a su disposición una serie de servicios básicos para cambiarse de ropa o curarse una herida", explica Bobes. Pero las propuestas del sector avanzan en aras de lograr esa calidad con la que quieren que se les asocie "Tenemos que reducir el número de canoas, no puede ser que estemos descendiendo el Sella y chocándonos con la canoa de al lado", incide el presidente de la asociación.

En la actualidad, indica, hay censadas 3.554 canoas con permiso para descender el río. Ese es el número oficial de matrículas que cuentan con un registro oficial en la Confederación Hidrográfica del Cantábrico (CHC). "Proponíamos reducir nuestro número de embarcaciones en el Sella entre un 10 y un 15% y probar, ver si van mejor las cosas, si la clientela que llega al Cares-Deva, por ejemplo, no lo hace rebotada de una mala experiencia en el Sella como está sucediendo en la actualidad". La reducción no causará un perjuicio si el objetivo se fija al medio y al largo plazo: "Reducimos canoas, pero ofrecemos calidad y a la larga generaremos un mejor producto", asegura Bobes.

Pero el esfuerzo del empresariado deberá ir de la mano del de los gobiernos municipales y regional. A juicio del presidente de la asociación hay que eliminar los chiringuitos ilegales que venden comidas y bebidas en distintos puntos del río. Algo en lo que los ayuntamientos del Sella, Cangas de Onís y Parres fundamentalmente, ya trabajaron durante los últimos dos años con la retirada de varios puntos de venta ilegales. Sin embargo, apunta el alcalde cangués, José Manuel González, "nosotros no tenemos capacidad para estar todos los días de toda la temporada en el río". En cualquier caso, el regidor considera que "todo lo que sea mejorar la calidad del visitante en un destino como es el nuestro, consolidado, es importante y hay que trabajar por ese beneficio común" y por eso González agradeció la propuesta que Otea puso encima de la mesa.

El alcalde riosellano, Ramón Canal, igualmente ve bien regular la actividad y abraza la propuesta de Otea. "El turismo activo es un trozo de tarta de toda la región y todas las acciones encaminadas a mejorarlo contarán con nuestro apoyo", adelanta el regidor, que anima a presentar una propuesta con todos los informes medioambientales precisos. Porque en Ribadesella saben mucho de intentar poner proyectos en marcha que a menudo son frenados por los distintos organismos que operan, a nivel nacional, regional e incluso europeo, para establecer primero sus férreas normas ambientales.

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