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Alegría en Pimiango por la distinción a su iglesia: "Ahora hay que rehabilitarla"

La localidad de Ribadedeva, que celebra sus fiestas el fin de semana, espera que el reconocimiento como bien cultural revitalice el turismo

Jesús Vicente González, junto a la ermita de San Emeterio. EVA SAN ROMÁN

Los vecinos de Pimiango ya sabían cuál era su valor antes de que este estuviera oficializado, porque siempre han visto a San Emeterio como ese lugar donde crecieron, felices, a la sombra de encinas y templos con una esencia especial. Ahora celebran, "con alegría y orgullo", que el Gobierno del Principado de Asturias haya declarado Bien de Interés Cultural (BIC) los restos de la iglesia medieval de Santa María de Tina y la ermita de San Emeterio. El último Consejo de Patrimonio Cultural dio el visto bueno al informe definitivo de ambos, que son dos ejemplos destacados de la arquitectura religiosa de Asturias. Este fin de semana, además, celebrarán las fiestas en honor al que ellos llaman Santu Medé y lo harán, ahora sí, luciendo un título que le otorga al entorno una protección regulada en la Ley de Patrimonio Histórico.

Jesús Vicente González aplaudía ayer el gesto del Ejecutivo regional, al mismo tiempo que alababa la labor que el alcalde de Ribadedeva, Jesús Bordás, ha realizado durante el proceso. "Nada hubiera sido posible sin el Ayuntamiento", decía este vecino de Pimiango miembro de una de las asociaciones que más impulso da al pueblo, la Comandefe. Sin ellos tampoco hubiera sido posible. Aún recuerda Vicente cuándo le contaban en casa que aquello "era un tesoro" que todos debían conservar. Y también echa la vista atrás para ver "a Justo, un vecino, hacer las veces de guía enseñando la cueva de El Pindal, cuando no había sido reconocida su riqueza". Porque la cueva, hoy Patrimonio de la Humanidad, también forma parte de este entorno que en Pimiango consideran único en el mundo. "Nosotros íbamos a San Emeterio muchas veces, hacíamos mucha vida en toda la zona, y también lo hacía gente relevante" que se quedaba asombrada por su belleza y su historia.

Por eso, "estamos orgullosos" de haber dedicado gran parte de la vida a cuidarlo. "Justo García -presidente de la Comandefe- es tal vez quien más ha trabajado aquí abajo, para evitar que la ermita acabase cayendo o paliar los desperfectos más inmediatos", cuenta Vicente.

Pero no es suficiente. De hecho, el alcalde, Jesús Bordás, urgirá a partir de ahora el arreglo de este templo. "La declaración de BIC es un final y un comienzo al mismo tiempo", asegura el regidor. "El final de un expediente complejo que pone en valor no solo los edificios a los que se refiere, sino también todo el valle de San Emeterio en su conjunto, un enclave con una gran importancia medioambiental, paisajística, patrimonial e histórica. Y un comienzo porque supone una llamada de atención a todos los que tenemos algún tipo de competencia cultural, al objeto de procurar su protección y su conservación".

Tina, recuerda el alcalde, fue objeto de una consolidación de ruinas en el año 2006, con una actuación financiada por la Consejería de Cultura. En su día, fue un importante templo, de origen altomedieval (siglos VIII-IX) y vinculado al Camino de Santiago costero, cuya construcción se renovó en el siglo XII. Y ahora está en buenas condiciones. Pero el estado de la capilla de San Emeterio, una construcción de comienzos del siglo XVI, situada cerca del camino que conduce a la cueva de El Pindal, "no es nada bueno y hay que procurar su rehabilitación". Por ello, anuncia, "pondré en ello todo mi empeño. Este, para mí, es por tanto un momento de alegría y de agradecimiento frente al Principado de Asturias, que ha gestionado con diligencia el expediente BIC de San Emeterio y Tina, pero también es momento de reflexión de cara al futuro".

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