Los hosteleros y empresarios de Llanes quieren una previsión de dragado en el puerto deportivo para evitar que la villa huela a podrido. La acumulación de sedimentos y algas durante meses hace que el ocle se descomponga y genere un olor que repercute de forma negativa en sus negocios, con terrazas que miran directamente a la zona en putrefacción. Las obras para la retirada de estas algas comenzaron ayer, después de insistir durante meses los pescadores, profesionales y deportivos, y el Ayuntamiento. El sector afectado celebra la actuación, que durará diez días y costará al Gobierno regional 46.000 euros, pero piden más previsión y no esperar a que se acumulen los más de cinco mil metros cúbicos que se prevén sacar.
"Siempre ha olido mal, pero desde septiembre ha habido días insoportables. La gente se queja y lo comenta en la terraza", asegura Marisa Uría, del bar Uría. "Lo que es ilógico es que no permitan sacar el ocle como ha sucedido siempre. Antes venían, lo sacaban y no se producía un olor tan fuerte", recuerda. Ahora, "no dejan sacarlo, pero tampoco lo sacan ellos", critica. Y eso que "sería interesante que se hicieran este tipo de actuaciones más veces, que se dragara con una previsión, no sé si una o dos veces al año, pero deben de ser conscientes de que la retirada de estas algas es algo muy importante porque, pese a que no sea un problema nuevo, el olor cada vez va a más", apunta Juan Rodríguez, de la sidrería Colón. "Y de no hacerlo, deberían dejar sacar el ocle a quienes se dedican a ello como ha sucedido siempre", reitera el hostelero. Una premisa que apoya también José Rodríguez, del establecimiento El Siglo. "Lo que es absurdo es que haya personas que quieran sacar el ocle, no les dejen hacerlo y, finalmente, no lo retire nadie".
En todo caso, "lo que importa es que se esté haciendo" y que perdure la intención en el tiempo. Al final, junto a una previsión que evite el olor, "lo que importa ahora es que quede saneado y no tengamos estos olores", indican desde la cafetería Revuelta.
Junto al ocle "deberán sacar al menos dos metros de sedimentos, que mezclado con las algas podridas son los que producen este olor", apuntan de la frutería Azucena. "Si vinieran cada seis meses o una vez al año, esto no sucedería o sucedería con menos impacto", consideran. Porque hubo días, "de tener arcadas por el fuerte olor que producía", añaden.
Para el dragado se está empleando una máquina retroexcavadora, a la que se acoplará cuando sea necesario un extensor que permitirá alcanzar las zonas más alejadas. Las algas y restos vegetales acumulados se encuentran ahora por los 3.000 metros cuadrados de la zona más interior de la dársena deportiva. Se decantarán y se transportarán.
