Los vecinos de Lastres han denunciado el envenenamiento de gatos en el pueblo. No es la primera vez y temen que vuelva a repetirse. Hace algún tiempo se hallaron hasta quince animales muertos después de haber comido veneno. Ayer apareció uno en la zona de El Manso. Tal vez, cuentan, no sea el único, "porque los gatos suelen ir a morir a sitios alejados y nos hemos dado cuenta de que faltan algunos", señalan. La solución, explican para los que no toleran a los mininos, no es envenenarlos porque, entre otras cosas, es un delito y, además, el reparto indiscriminado de veneno puede acabar perjudicando al humano: "un pájaro puede cogerlo y dejarlo caer sobre una fuente", alertan.