El acompañamiento emocional es, ahora mismo, casi más importante que el repaso educativo, así que había que buscar la fórmula "para estar lo más cerca posible unos de otros". Desi Martínez Rodríguez, maestra del Colegio Rural Agrupado (CRA), tiene claro que sus alumnos de Cue (Llanes) no pueden olvidarse de que son compañeros y forman un equipo que crece, aprende y madura unido. Esta docente que educa a once niños de entre 6 y 12 años no deja pasar un solo día sin que sus chicos sonrían "y se vean, que comprueben que están todos bien, que hablen entre sí".
"Esto nos pilló a todos de sorpresa", dice refiriéndose al confinamiento por las restricciones del COVID-19, "y cuando nos mandaron desde la Consejería trabajar online proponiéndole a los críos el repaso de las tareas, pensé en que no siempre eso era lo más importante", explica. Así que, aprovechando el grupo de Whatsapp que la docente comparte con todas las familias de sus alumnos, "por las noches me grabo, les mando un mensaje de ánimo, les digo que hay que seguir aguantando y, al azar, saco de una bolsa un papel con el nombre de uno de ellos. Ese alumno será el protagonista al día siguiente y tendrá que despertarnos a todos con una sonrisa contando un chiste". De esa forma, cuenta Martínez, "conseguimos que el grupo no se disuelva y los compañeros sigan siéndolo". A los chavales les encanta la idea, los hermanos que no están escolarizados también participan, y las familias están muy implicadas y participan a diario con disposición, "incluso hacemos las actividades sábado y domingo".
Pero hay más. Los viernes "cambiamos la letra a canciones machistas y, por videoconferencias, les propongo contar historias sobre el coronavirus, o cuentos, o mostrar dibujos...". Lo más importante, subraya la maestra, "es que vean que estamos todos juntos pasando esto lo mejor que podemos".
