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Los organizadores de las fiestas de prau vinculan seguir con la ayuda empresarial

Las comisiones de festejos de los pueblos del Oriente advierten de que habrá serios problemas para recaudar fondos, con los negocios cerrados

Las fiestas de El Morru, en Llanes. EVA SAN ROMÁN

La celebración de las fiestas de prau es a día de hoy una incógnita. Tanto las grandes romerías -como ayer se hizo eco LA NUEVA ESPAÑA- como las pequeñas: centenares por los pueblos del Oriente. Ninguna comisión de festejos sabe, a ciencia cierta, si su cita con los patronos, sus actividades religiosas y paganas, podrán llevarse a cabo. De un lado, hay una intuición global de que no se permitirán grandes aglomeraciones de gente. Y de otro, hay un lamento generalizado porque financiar las fiestas de los pueblos será una misión harto complicada.

Las comisiones de la comarca intentan hacer cábalas, pero los números o no salen, o no completan, ni de lejos, el presupuesto previsto. En muchos casos las orquestas, los fuegos artificiales, las actividades infantiles... n definitiva, todo lo que da vida a la cita, está financiado con donativos de empresas, en su mayoría, relacionadas con la hostelería o el sector comercial. Negocios que ahora están cerrados y cuyas ganancias serán exiguas si nada cambia.

"Las orquestas están contratadas, si vienen, tendremos que pagarlo, si el Gobierno suspende este tipo de actividades al menos podremos respirar porque será muy difícil hacer frente a los gastos que supone la fiesta", asume Carmen Álvarez, desde la comisión de fiestas de Colombres, donde se maneja un presupuesto de 56.000 euros para sacar adelante dos citas en el mes de agosto. La intención del grupo es hacer las fiestas, "pero tendremos que suprimir algunas cosas, como los juegos infantiles, entre otros, y a mí, sinceramente, no me gustaría tener que hacerlo. Al final, siempre habrá que perder algo si finalmente se hacen, y habrá alguna parte perjudicada", lamenta.

En Panes, la comisión de San Roque financia la fiesta de agosto con la organización de una Feria de Abril que debería ser mañana, sábado, o con la venta de papeletas que ya deberían estar en plena venta, pero que, sin embargo, aún no está ni impresas. "Va a ser muy complicado sacarlo adelante sólo con los donativos de negocios que llevan sin ingresos tanto tiempo", asume Lorena Gutiérrez, aunque no descarta que la hostelería de la zona "responda" para no tener que suspender al cita. "Mientras no se prohiba, nosotros lo intentaremos sacar adelante, ya veremos cómo, sabemos que será difícil", adelanta.

En Panes, la otra gran cita, es a finales de septiembre y contaría con la presencia de La Oreja de Van Gogh como concierto principal. En su caso, la financiación se hace en exclusiva con venta de un gran número de papeletas para hacer frente a los 65.000 euros de presupuesto. Los boletos se imprimirán, "pero será difícil venderlas si no podemos salir de casa", explica Ricardo San Román, miembro de la comisión. Sin esa parte, "será complicado, o imposible".

En Camangu (Ribadesella), Alberto Pérez es positivo y cree que al final "podremos hacer la fiesta de El Emigrante si no es con más, será con menos". Tal vez, cuenta, "el vecino que daba 30 ahora dará 20, o 10, pero tendremos que adaptarlo, sin fiestas no nos podemos quedar porque las necesitamos", sentencia. Y en esa línea lo hace Andrés Carreño, de la comisión de fiestas de El Morru, en Llanes. En su caso estudian ya formas de financiar la cita de septiembre, porque "el sector hostelero y empresarial estará muy tocado" y saben que no será un buen nicho donde picar para satisfacer las necesidades de una fiesta que supera los 20.000 euros. "Pero no podemos dejar de hacerlo porque también redundará en el beneficio de la hostelería que hagamos las fiestas", subraya.

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