Saúl Pascual Asprón está al frente de Incatur, una asociación de Cangas de Onís que reúne a más de 240 empresarios que operan en la comarca de los Picos de Europa. Dice que deben aunar intereses para salir menos dañados de la crisis sanitaria. Esperar a diciembre para abrir negocios será la ruina de muchos. Pero abrir cuanto antes sin un plan establecido tampoco será beneficioso. Pascual Asprón trabaja con el Ayuntamiento de Cangas de Onís "porque sólo yendo de la mano podremos alcanzar el bien común". Y en esas están.
- El Ayuntamiento perdonará 100.000 euros en tasas que beneficiarán a 800 empresarios.
-Hemos creado una mesa de turismo en la que participamos empresarios y Ayuntamiento y lo que hacemos es apoyarnos. Dependemos mucho del comercio y del turismo, dos sectores muy castigados por esta crisis, así que se intenta paliar de alguna forma el daño. La reducción de tasas fue una medida negociada, hemos recogido el sentir de la gente, que proponían un acuerdo de la forma más rápida posible. Y esa forma es la de aplicar bonificaciones fiscales para el tercer trimestre. Antes no se puede. Trabajar mano a mano con la Administración hace que te des cuenta de que hay cosas que se proponen que no se pueden hacer porque administrativamente no es legal.
- El Alcalde cree que esa estrecha colaboración les hará salir reforzados de la crisis y les situará como referente de Asturias.
-Es importante estar unidos, ahora más que nunca, y la colaboración público-privada es esencial. Nosotros tenemos un punto de vista y el Ayuntamiento las herramientas que nos pueden ayudar. Es básico entenderse, aunque no estemos siempre de acuerdo.
- Estaban elaborando un manual de buenas prácticas para la apertura de establecimientos, ¿con qué líneas básicas?
-Finalmente hemos desistido. Parece que ahora el Instituto para la Calidad Turística de España está elaborando una serie de protocolos que minimicen los riesgos higiénico-sanitarios para garantizar un mayor nivel de seguridad frente a la expansión del coronavirus. Lo que hemos hecho es ofrecer nuestra colaboración, igual que hicimos con Fade y Otea.
- Parece que habrá que invertir en medidas de seguridad y reducir el aforo conllevará menos ganancias. ¿Van a abrir perdiendo más dinero?
-Sí. No hay un estudio de posibles pérdidas, pero sí será un golpe duro porque se perderán muchos ingresos, se va tener que invertir, está claro. Y ya no sólo en medidas de seguridad para clientes, sino para los propios empleados.
- ¿Cómo será la recuperación?
-Ahora mismo han llevado un golpe muy duro. Estamos viendo cómo sería salir a la calle y ver una ciudad con comercios cerrados. No hay vida. Es un desierto. Tenemos que concienciarnos de eso y empezar a mirar por el comercio cercano, debemos empezar a cuidarlo una vez empecemos de nuevo a andar. El pequeño comerciante es quien más está sufriendo la crisis. Amazon no ha parado de repartir ventas online de grandes tiendas. El pequeño comerciantes ha cesado su actividad y, si quiere repartir, tiene que darse de alta y pagar. Y no todos pueden hacerlo.
- Ha comentado que trasladar las apertura a diciembre sería una catástrofe.
-Lo sería, muchos no volverían a abrir sus puertas porque no podrán soportar pagar un alquiler tras tantos meses cerrados. Y para esta gente no hay ninguna medida, dependen de que sus caseros no les cobren la renta y en algunos casos podrán perdonarla, pero en otros no, y además no tienen obligación. Si no se genera una medida que ayude en el tema del alquiler muchos lo tendrán complicado para volver a su actividad si esto se prolonga.
- ¿La solución es abrir cuanto antes?
-No si no hay medios. Nosotros planteamos una apertura lo más próxima posible, pero siempre con seguridad, teniendo claro qué se va a hacer en la reapertura, con qué directrices vamos a tener que ejercer la actividad, no tanto clientes como trabajadores. Y a día de hoy eso no existe.
- El alcalde de Peñamellera Baja planteaba esta semana recuperar la posibilidad de fraccionar contratos desde los ayuntamientos para facilitar contrataciones a empresas de la comarca.
-Me apunto a esa idea y la valoraremos como propuesta en la mesa de turismo de Cangas de Onís. Nosotros lo que hemos hecho es una labor en redes de promoción de comercio de proximidad, intentando hacer ver a la gente que somos sus vecinos, que vivimos aquí y que esto es una cadena. Si apoyamos a las empresas de la zona saldremos mejor parados todos.
- ¿Y qué hay del Plan de Transporte a Lagos de Covadonga que implica también el trabajo de taxistas cangueses?
-No hay nada claro aún a ese respecto, tenemos mucha incertidumbre. Porque es cierto que no sólo habrá que adaptar hoteles, bares y restaurantes, hay que adaptar el destino en su conjunto. Tenemos que ser un destino limpio, hemos de saber qué vamos a necesitar para cuando se abra. ¿Cómo vamos a plantear la subida a Lagos? Los aforos de los autobuses se reducirán, habrá que estudiar cómo llevar a cabo ese acceso, regularlo de alguna forma.
- Hace apenas una semanas presentaron un ambicioso plan turístico para afianzarse como destino.
-Ahora mismo no sería viable porque el escenario ha cambiado totalmente, las prioridades no son las mismas y no podemos seguir la hoja de ruta que teníamos. Tendremos que ir adaptándolo según vayamos teniendo informaciones certeras y firmes.
