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Los hosteleros de Covadonga no abrirán sus negocios hasta junio: "No compensa"

Los restauradores creen que los peregrinos tardarán en acudir al santuario y a la cueva, que el Arzobispado reabre el lunes al culto

Isidro Martínez, con su hijo Isidro, en su negocio y casa en Covadonga, durante el confinamiento. ÁNGEL GONZÁLEZ

Aunque Asturias pase el lunes a la fase 1 y se permita la movilidad entre municipios de la misma región, los hosteleros de Covadonga (Cangas de Onís) no abrirán hasta, al menos, mediados de junio o julio. "Hasta que no haya movimiento de visitantes y veamos que se puede abrir con garantías, no abriremos", dicen. Y eso que el día 11 el Santuario de Covadonga y la Cueva reanudarán sus visitas.

Isidro Martínez, de El Merendero de Covadonga, cerró sus puertas antes de que se decretara el estado de alarma, y no las abrirá ahora por el mismo criterio: "tenemos que prever un posible repunte, no sabemos qué va a pasar con el virus y no podemos abrir este lunes como si no sucediera nada porque podríamos perder la inversión inicial en el caso de que haya que cerrar de nuevo, o no facturar lo suficiente abriendo únicamente al 50% las terrazas. Es que yo tengo 16 mesas que deberán quedarse en 7 manteniendo distancias. No me importa esperar a la apertura nacional, al menos ahora nos mantenemos, no tenemos pérdidas, si tengo que empezar a pagar seguros sociales y sueldos a los empleados sin saber si va a venir o no gente, puede ser un perjuicio más grave que el que vivimos hasta ahora".

Cristina González regenta junto a sus tres hermanos el restaurante El Repelao y defiende lo mismo que su colega: "Por lo menos hasta el 25 de mayo, o junio, no vamos a abrir, no podemos. Tenemos en la terraza 36 mesas y deberíamos abrir este lunes con 18, no compensa de ninguna manera. Deberíamos recuperar a las tres empleadas que tenemos fijas" y al final los ingresos no se convertirán en beneficios. "Hasta que no haya movimiento, nada", abunda González.

Vicente Cosío está al frente de El Peregrino y asume que Covadonga es un destino, no un lugar de paso. "Tenemos un trato especial y hay que ser consciente de ello. No habrá grandes movimientos de personas, nosotros tenemos seis mesas en la terraza que, cumpliendo los dos metros de separación no sé si nos llegará a tres, abrir así no tiene sentido. Otra cosa será ya cuando permitan dar comidas en el interior, abrir con un 50% de terraza y otro tanto de comedor será otra historia, pero hoy por hoy, sólo la terraza no compensa. Esperaremos a junio, o a julio", avanza.

Y en esas está Isabel Rivero, al frente del bar tienda de El Repelao. "No pienso abrir porque no hay ninguna previsión de visitantes, porque no sabemos cómo va a moverse el peregrino asturiano y a lo mejor si viene a Covadonga, pero no tiene ganas de alternar. Tampoco estamos seguros de la normativa de seguridad a aplicar ni de la inversión en ese sentido que tenemos que hacer. Tenemos que esperar para dar pasos seguros y, además, en nuestro caso, dependemos también del plan de transporte".

Por el momento la Consejería de Infraestructuras no tiene una previsión al respecto de la regulación de los accesos, con lo que es difícil hacer cábalas en ese sentido. Todos saben, eso sí, que sus negocios se ubican en un lugar privilegiado. "Covadonga siempre será Covadonga y la gente vendrá, pero tal vez lo hagan en julio y agosto", reconocen. Igualmente, advierten, "si van a seguir con ese descontrol en los accesos, seguirá siéndonos perjudicial", recuerda Martínez en referencia a los colapsos de circulación en la barrera de acceso a la vía de los Lagos.

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