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La falta de urólogo deja casos graves sin asistencia en el Hospital de Arriondas

En los dos últimos meses no ha acudido al centro ningún médico de la especialidad l USIPA pide "fidelizar" a los MIR que terminan su formación

El Hospital de Arriondas lleva sin especialista de urología los dos meses transcurridos desde la declaración del estado de alarma por la pandemia de covid-19. Numerosos usuarios y profesionales coinciden en subrayar que la situación es "insostenible", con centenares de pacientes pendientes de consultas, pruebas o resultados de análisis. Según ha podido saber LA NUEVA ESPAÑA, entre los enfermos afectados por esta carencia de atención urológica figuran algunos con elevadas sospechas de padecer una patología tumoral.

Urología es una de las especialidades que registra escasez de profesionales en el mercado laboral. El último urólogo de plantilla que hubo en el hospital del oriente de Asturias se jubiló en marzo de 2019. Durante los doce meses siguientes, lo habitual fue la visita esporádica (una o dos veces al mes) de un especialista de otro hospital de la región. "Por lo general, han atendido solo primeras consultas, pero no las revisiones posteriores", explican trabajadores del centro sanitario.

Si ya era precaria la situación descrita, desde mediados del pasado mes de marzo se ha vuelto acuciante. Un creciente volumen de pacientes se ha sometido a pruebas cuyos resultados nadie les comunica. Algunos sufren hematurias (sangre en la orina) pero no pueden ser atendidos por un especialista. Otros que han requerido la colocación urgente de una sonda no saben si continúa siendo necesaria o si pueden quitársela, con la consiguiente merma de su calidad de vida.

Fuentes del Servicio de Salud del Principado (Sespa) explicaron a este periódico que desde el pasado febrero está en marcha "un plan de colaboración de todas las áreas sanitarias para dar respuesta a las necesidades de urología del área VI", de la que Arriondas es cabecera. "Progresivamente se va a ir retomando este plan", precisaron las mismas fuentes.

"Esta situación exige medidas que garanticen una asistencia de calidad en las áreas sanitarias de las alas", subrayó Graciela Martínez, del sindicato Usipa- Sicepa. A su juicio, el final del periodo formativo de muchos médicos residentes en el presente mes de mayo ofrece "una gran oportunidad para fidelizar al nuevo personal facultativo con contratos atractivos que eviten su huida a otras comunidades".

A los profesionales y a Usipa-Sicepa les produce extrañeza que, después de 14 meses de precariedad, "no se adopte ninguna medida mínimamente eficaz", como la derivación de estos enfermos a otro hospital.

El decreto que fija los tiempos máximos de espera establece que la demora máxima para las primeras consultas de una serie de especialidades, entre ellas urología, sea de 60 días. A los pacientes que ven rebasados estos plazos les asiste el derecho de reclamar. Sin embargo, como sucede a menudo en Asturias, muchos de los enfermos de esta área sanitaria (la VI) son mayores, y se les hace un mundo toda la tramitación exigida para ello, que incluye descargarse la hoja de reclamación, imprimirla, rellenarla y entregarla en un registro oficial.

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