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La falta de transporte agrava la vuelta al aula voluntaria

"Hay que tener en cuenta que hay alumnos en el Oriente que tienen que recorrer 35 kilómetros", dicen en el IES de Llanes

La dispersión de la población y la falta de transporte para la educación obligatoria serán un nuevo escollo que tendrán que solucionar los estudiantes de 2.º de Bachiller que decidan acudir a las aulas en el Oriente.

Los colegios e institutos atenderán al público a partir de ahora, siempre con cita previa y en preceptos concretos, aunque lo cierto es que nunca las cerraron por completo. En el IES de Llanes -donde ayer eran seis docentes, cinco operarios de limpieza y dos auxiliares- y en de Luces (Colunga) -cuatro docentes y personal de limpieza- sus directoras, Fernanda Fernández y Elsa Carbonell, respectivamente, subrayan la dificultad del transporte.

Desconocen cuántos acudirán a recibir clases a partir de junio. "Yo soy partidaria de que reciban, quienes pueda, sus clases en casa", asegura Fernández, "porque será complicado para algunos poder llegar" al centro. Hay que tener en cuenta que los alumnos provienen de lugares de hasta 35 kilómetros de distancia.

En Infiesto, tal como cuenta su directora, Covadonga Fernández, están preparados. "Cumplimos con las distancias, estamos organizando los itinerarios" y el personal que ayer acudió -un conserje, dos directivos y una limpiadora- tendrán todo listo en tiempo y forma. Incluso habrá mascarillas caseras (600) que ayer donó Puri Fresno, antigua docente. Los colegios también reabrieron, aunque con la intención de retirar elementos, desinfectar y adaptarse.

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