La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Madera ciclista en Valles

El joven piloñés Jorge Fernández Alonso ha diseñado y construido dos bicicletas singulares: una con fresno de la zona y la otra de bambú

Jorge Fernández Alonso, con sus biciletas de madera en Valles. EVA SAN ROMÁN

Dice que sólo hace falta un serrucho, pero lo cierto es que hay que saber combinar innovación y conocimiento tecnológico en el proceso para que el resultado sea óptimo. Jorge Fernández Alonso, vecino de Valles de San Román (Piloña) construyó hace tiempo una bicicleta de fresno. No sólo tenía un diseño bonito, también fue capaz de acabar una marcha, la Bilbao Bilbao, "sin contingencias". Y así, aquella bicicleta, de diseño elegante y artesano, pasó de ser una maqueta a convertirse en una bici de madera piloñesa de perfecto funcionamiento..

"Aprovechando la prohibición de movilidad por el estado de alarma, me animé a construir otra bici de madera; por el momento el cuadro ya está terminado", explica mientras muestra su segunda creación: una bicicleta de bambú. La opción parecía clara y si todo había ido bien con el fresno, siendo el bambú una madera más ligera y con forma ya cilíndrica, el proceso debía resultar más sencillo, aunque siempre hay tropiezos y aprendizajes en el camino.

En su primera bicicleta artesana, la de fresno, "hubo que laminar la madera en secciones más delgadas e ir pegándolas, creando ángulos más amables que los que ofrecen los perfiles de la madera, y tener paciencia" porque al final "es una cuestión de ensayo-error", explica. En el caso del bambú, "parece más exótico, pero me costó acabarlo bastante menos por la forma que ya tiene la madera".

En ambos casos hay partes de la bicicleta que mantienen su esencia metálica, aunque la idea es utilizar el máximo de madera. No solo es posible hacerlo, sino que de ese modo se ofrece una imagen, a juicio del creador, "mucho más elegante y bonita que la de una bicileta al uso".

Aún hay que completar la estructura con piezas que tampoco serán comunes, aunque sí metálicas. Y después, "el bautismo de fuego": el diseño deberá llegar a la carretera y rodar para comprobar que a Fernández no solo se le ocurren ideas bonitas y creativas que potencian los valores sostenibles, sino que son perfectamente útiles y válidas como cualquier otra que se fabrica en cadena.

"Soy un inconsciente y un optimista, una mezcla peligrosa", dice Fernández, que no deja de crear y apostar por mejores diseños que por el momento solo han de satisfacerle a él. La artesanía es la mezcla perfecta de la sostenibilidad y el ecodiseño. De momento, la bici no está en venta, pero no hay nada que descartar. Mientras tanto, el emprendedor piloñés sigue evolucionando y creando, dejando que su imaginación dibuje y su mano ejecute. Y de todo ello sale una creación que acaba siendo única y exclusiva, su valor más preciado.

Compartir el artículo

stats