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Quejas vecinales por la alta afluencia y la falta de control en la Olla de San Vicente

"Muchos vivimos del turismo, pero generan mucha basura, cierran el paso a fincas y no se guardan las distancias", apuntan los residentes

Coches aparcados el sábado en el arcén de la carretera en Tornín. J. M. C.

"Esto no se puede tolerar". Vecinos de Miyares (Amieva) y Tornín (Cangas de Onís) no daban crédito a lo que observaron este fin de semana, la gran cantidad de automóviles estacionados en esos dos núcleos rurales y muchos de ellos en los arcenes de la carretera N-625 (León-Santander por Cangas de Onís). Los ocupantes aprovecharon las altas temperaturas reinantes para zambullirse en uno de los bucólicos y recónditos parajes de la comarca: la Olla de San Vicente, en aguas del río Dobra, afluente del Sella. Daba la sensación, dice los lugareños, de que la pandemia por el covid-19 ya es historia, como si nadie pensara en la posibilidad de un rebrote por estos lares del suroriente asturiano.

"Este volumen de gente, ni en el mejor agosto. El problema no es que vengan, que muchos vivimos del turismo. Creo que el problema es la basura que generan, el dejar el coche en cualquier lugar. Todo con orden y control es más positivo", comenta una vecina de la localidad canguesa. Hubo residentes que no pudieron acceder a sus propiedades por tener copado el acceso principal por vehículos mal aparcados, afectando incluso a la recogida de la hierba en esta época del año. La situación no es nueva: los vecinos sufren cada año las consecuencias de la alta afluencia.

Algunos vecinos de la zona reclaman una regulación de aforo para evitar masificaciones: "Que los ayuntamientos de Cangas y Amieva tomen medidas. Estamos en fase 2 y a este paso a la 3 no llegamos. Cierran el paso, cagan y mean entre los coches a la vuelta. Pedimos solución hace tiempo y no hubo respuesta. ¿Harán algo ahora con la pandemia?". Además, aseguraban que los coches estacionados llegaban "hacia arriba hasta Corigos. En el camino a la Olla de San Vicente no hay opción a guardar la distancia de seguridad y miedo me da cómo lo van a dejar de basura. Y hacia abajo llegaban a La Molinera, y así toda semana".

Las molestias ocasionadas durante buena parte de la semana no han pasado desapercibidas. "Yo me voy a tener que poner a la entrada del prau todo el día. Entran como si fuese su derecho avasallar la propiedad privada", señala otra enojada vecina de Tornín, opinión corroborada por otro vecino: "Una vergüenza. Aunque sean de la provincia esto no se puede tolerar, y ya que la gente no somos ni medio normales, por favor, que sean las autoridades oportunas quien lo hagan. Es un peligro saltarse a la primera todo lo que se lleva conseguido en dos meses. Turismo sí, pero con seguridad para los que están aquí peleando con esta situación tan grave".

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