La cueva de Tito Bustillo tuvo que cancelar -entre público individual y grupos- un total de 4.326 visitas durante la crisis sanitaria. La caverna riosellana había abierto sus puertas para iniciar la temporada el 4 de marzo, pero tuvo que volver a cerrarlas el día 13 del mismo mes con la implantación del estado de alarma y las respectivas restricciones sanitarias.
Hoy reabre, previsiblemente hasta el 1 de noviembre -fecha del fin de la temporada-, habiendo tenido que devolver el importe de 1.566 entradas al público que ya había sufragado el billete gracias a un sistema de venta online que gana adeptos desde que se implantó hace cuatro años.
Por el momento, según informan desde la Consejería de Cultura, ya hay adquiridas 919 hasta fin de temporada. De ellas, hay reservadas 320 por diez grupos. y, en total, existe la previsión de que entrarán este año en Tito Bustillo 1.239 personas. La gruta podrá visitarse de miércoles a domingo, habrá cinco pases al día y las entradas se limitan a 25 plazas diarias. Antes de la llegada del coronavirus el cupo diario de visitantes estaba establecido en 150 -quince por cada uno de los diez pases-.
La gruta inició la temporada con las pinturas a punto, tal como explicaron al principio los guías que acompañan a los visitantes. Los cuatro meses de descanso que cada año se cierra al público la caverna permiten mantener un buen estado del legado prehistórico.
La cueva riosellana es uno de los conjuntos rupestres mundiales del arte paleolítico, junto con la de El Pindal (Ribadedeva), que también abre hoy sus puertas al público, La Peña (Candamo), Llonín (Peñamellera Alta) y La Covaciella (Cabrales).
Antes que las cuevas reabrieron al público los museos y centros de interpretación. El presidente del Principado, Adrián Barbón, eligió precisamente el de Tito Bustillo para anunciar la apertura de los equipamientos culturales de la región, donde no se realizan actividades culturales y didácticas presenciales, pero continúan las propuestas virtuales.
