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Los vecinos celebran el inicio, 14 años después, de la reforma de la carretera de Llonín

Los empresarios turísticos preferían esperar a septiembre para no entorpecer la temporada estival con los trabajos, de 1,4 millones

Los vecinos celebran el inicio, 14 años después, de la reforma de la carretera de Llonín

Han esperado 14 años para percibir al efecto que hace una promesa cumplida. Han sido pacientes, pero quienes han sufrido la degradación de la carretera de Llonín a diario han tenido que sortear argayos, aislamientos por desprendimientos, pinchazos en sus vehículos y algún que otro susto en una vía angosta, llena de baches, que une a este pueblo de Peñamellera Alta con la carretera AS-114. Ahora esperan que merezca la pena.

Los vecinos están "muy contentos" de ver que las máquinas han empezado a trabajar en su estrecha y vieja carretera, anunciada para su arreglo en el año 2006. Los empresarios turísticos celebran la reforma, pero creen que esperar a septiembre hubiera sido mejor idea teniendo en cuenta que los turistas tendrán que sortear las máquinas durante su estancia en la zona.

En todo caso, tres presidentes regionales y dos alcaldes después, "ya era hora", dicen con cierto alivio ante unos trabajos que cambiarán radicalmente la seguridad de 1.600 metros de carretera que costará arreglar 1.432.945 euros al Gobierno del Principado.

Recuerda Lucila Gutiérrez mientras pasea por Llonín con su hijo Jacobo Monje que la que fuera consejera de Cultura, Ana Rosa Migoya, había proyectado para Llonín un aula de interpretación de la cueva. Fue entonces cuando, en una visita al pueblo, Migoya evidenció que para hacer el equipamiento museístico el Gobierno se debía comprometer a arreglar una carretera "en muy mal estado y por la que no cabe un autobús". Costaría, recuerda Gutiérrez, unos ocho millones de euros. Tal vez la cantidad "era excesiva, pero ni tan siquiera fueron capaces de hacer después modificaciones de proyectos que redujeran el presupuesto" y así pasaron los años y en Llonín sólo se pusieron parches.

Lola Herrero cree que "el empeño y el esfuerzo" del alcalde actual, José Antonio Roque, fue clave para que las obras finalmente se llevaran a cabo. Fuera cual fuese el motivo, "era la única carretera del valle que estaba sin arreglar y mira en qué estado se encuentra", comentaba Queta Rugarcía al tiempo que recuerda que "al menos la sobras servirán para ganar en seguridad y para que dos coches puedan encontrarse de frente, sin que haya problemas, en la vía". Algo a lo que los vecinos están acostumbrados, pero no así los turistas.

Helena Martínez regenta el complejo turístico Las Casas Colgadas del Cares, en un lugar privilegiado de Llonín. "Y más de una y dos veces tuve que bajar a buscar a los inquilinos a la carretera regional porque no se atrevían a subir al ver el estado que tenía", reconoce. Ahora, cuenta, "seguramente vaya a haber algún que otro problema también" porque al estado de la carretera se unirá el trabajo de las máquinas en la propia vía. No obstante, "estas obras hacían muchísima falta".

Los vecinos esperan ahora conocer por dónde tendrán que circular si, finalmente, se producen cortes en la carretera. "Tal vez nos habiliten una pista, que tampoco está en buen estado, por la que más de una vez tuvimos que bajar a buscar a los niños cuando volvían del colegio porque, sencillamente, la carretera estaba intransitable, con argayos o con cualquier otra anomalía", recuerda Lucila.

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