Más de cuarenta hosteleros y comerciantes de Ribadesella harán frente común con el Ayuntamiento para recurrir la sentencia que restringe la colocación de terrazas y mobiliario en la vía pública. Un fallo que un vecino ganó al denunciar al propietario de un bar de la villa riosellana y que condena a todos los empresarios a colocar sus terrazas, o cualquier otro tipo de mobiliario, a 1,80 metros de la fachada, respetando un espacio de 3,50 metros para el paso de vehículos y permitiendo además la movilidad peatonal. Los parámetros no se cumplen, ni en Ribadesella ni en apenas ninguna otra villa turística de la comarca oriental porque el espacio es limitado. Si los riosellanos caen, el resto también lo hará. Por eso no descartan movilizarse ni pedir ayuda a otros municipios que pueden tener la misma problemática, pero de momento recorrerán la vía de la justicia unidos para que la ley pueda interpretarse apelando al "sentido común".
En principio, el Gobierno local había decidido no recurrir la sentencia teniendo en cuenta que existe un precedente y que la norma es clara. Pero más de cuarenta empresarios, comerciantes, hosteleros, hoteleros y de otros sectores económicos se reunieron esta semana para aunar fuerzas y prestar su firma y DNI al Consistorio con el fin de lograr que la ley cambie su interpretación para poder adaptarse a la idiosincrasia de cada lugar. "No es lo mismo Ribadesella que París", señala José Luis Vázquez, gerente del Café La Villa y el Surfcamp. Su terraza inició la historia con la denuncia de este vecino, pero el resultado afecta a todos en tanto que el Consistorio debe cumplir la norma por igual con cada uno que lo solicite.
Por eso Vázquez se personó en el juicio contra el Ayuntamiento -que es quien concede las licencias-, y junto a él lo hizo también Luis Fernando Bulnes, de Casa Juanito, siendo consciente de que la situación causaría un grave perjuicio a todo el sector económico riosellano. "La gente que nos visita quiere recibir un servicio que, de aplicarse esta ley, no podrá recibir y, por tanto, dejarán de venir a Ribadesella", explica Bulnes. "No solo no habrá terrazas, tampoco habrá maniquíes, ni camisetas, ni nada, será un lugar vacío", abunda.
Así las cosas, aplicar las medidas supone acabar con el turismo "pero de aquí, de Llanes, de Cangas y de todas partes", indican. Y es que no se van a quedar quietos al entender que "esta legislación nos afecta a todos, seamos de donde seamos" La sentencia es clara, y tal como está hecha la norma no hay posibilidad de cumplirla. Algunos establecimientos se quedarían sin terraza, "pero pelearemos por cambiar la ley, necesitamos que el Gobierno proponga alternativas, cada territorio es distinto y hay lugares en donde no se puede aplicar como en lugares tan populares como El Húmedo de León o la calle Laurel de La Rioja", recuerda Bulnes.
"Es realmente una vergüenza, no nos dejan trabajar y no creo que molestemos a nadie haciéndolo; vamos a ir por la ley, pero si tenemos que ponernos a quemar ruedas en el puente no dudaremos en hacerlo", advierte Luis del Río, de Alimentación La Jardinera. Una postura que defienden también en Flores Nieves, donde señalan que, directamente, "la ley está mal hecha, mal pensada, la redactó alguien sentado en una silla sin pensar más allá. Si perjudica a uno, nos perjudica a todos, así que por eso debemos unirnos", subrayan.
El Gobierno local podrá presentar su recurso de apelación en los juzgados de Oviedo hasta el lunes próximo. Lo hará con el apoyo de gran parte del tejido empresarial riosellano. Si ganan, gran parte de la comarca estarán en deuda con ellos porque el suyo habrá sido un precedente.
