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Llanes medita restringir San Pedro para regenerar el césped

El Ayuntamiento estudia cerrar unas horas el paseo, que pierde hierba a gran velocidad pese a los 20.000 litros diarios de riego

Una persona, ayer, en la zona más deteriorada del paseo de San Pedro. Eva San Román

El paseo de San Pedro recibe demasiadas visitas diarias y su césped no tiene tiempo a regenerarse, "está muriendo de éxito". Por ello, el Ayuntamiento de Llanes se plantea restringir los horarios de acceso, aunque no tomará una decisión inmediata, apunta el edil Juan Carlos Armas.

El estado del firme, que suele presentar una alfombra verde, se ha ido deteriorando pese a los cuidados del servicio de jardinería municipal. Hay tramos en los que apenas hay hierba y la tierra ocupa ya más espacio que las zonas pobladas con vegetación. "La noche no es suficiente para su recupración porque no hay una función fotosintética; es cierto que el piso pierde en ese momento parte del estrés que sufre por el día, pero es claramente insuficiente", explica el concejal.

El Ayuntamiento dedica "más de 20.000 litros diarios a regar San Pedro, de lunes a viernes" y ahora se plantea hacerlo también durante el fin de semana. No obstante, pese a ser conscientes de que el estado del firme no es el que debería, Armas recuerda que el paseo es artificial: "Hay que recordar que está estamos hablando de una zona rocosa sobre la que se vertió tierra vegetal que no tiene mucho espesor y que, además, está afectado por el clima marítimo, lo que hace que la hierba se compacte aún más".

Este año el problema se ha acrecentado "porque ha habido muchísima gente durante el mes de julio, ahora mismo está sobresaturado y, además, hay cada vez más gente haciendo deporte" y correr causa un impacto más agresivo en el firme.

El Gobierno asegura que el mantenimiento es escrupuloso y las labores del personal municipal intachables para con el firme. De hecho, las zonas menos transitadas mantienen un aspecto saludable y las más estrechas están más deterioradas, como el espacio más cercano a la playa de El Sablón, uno de los más transitados.

La situación ya aqueja al paseo desde hace tiempo y por eso se sometió a la zona a una proyecto de regeneración que implicó cerrar por tramos este espacio del acantilado llanisco. Fue el pasado mes de febrero, cuando el suelo se removió por completo, se completó con más tierra vegetal y se sembró de nuevo. El paseo estuvo cerrado durante varias semanas y, finalmente, el confinamiento de la población vinculado al estado de alarma facilitó el proceso regenerador al evitar que los peatones pisaran diariamente la zona. El estado del firme mejoró, pero la llegada masiva de visitantes, la escasez de lluvia y las altas temperaturas han echado por tierra el trabajo anterior.

La preocupación del Gobierno local va más allá del césped de una de sus joyas más preciadas. "Tenemos mucho vandalismo", lamenta Armas, quien explica que en varias ocasiones han tenido que reparar los aspersores que algunas personas rompen. Los destrozos en el mobiliario y las pintadas son también frecuentes en la zona pese a que el paseo no tiene farolas que sirvan de iluminación durante las noches.

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