“Esto se parece al Amazonas. La carretera PR-5, dando el servicio que da, está totalmente abandonada”, denunciaba con cierta sorna uno de los vecinos de San Juan de Parres, pues, todo son problemas en ese vial que comunica el núcleo rural de Ozanes con el barrio de El Puente Romano, a través de la parroquia de San Juan de Parres.

La circulación quedó restablecida tras rellenarse -con arena- los enormes socavones en la transitada calzada que llevan meses denunciando los propios vecinos de la zona, cerca de la iglesia y del camposanto parroquial de San Juan de Parres. Una reparación en este caso de urgencia, pero que necesita de actuaciones más convincentes por parte del Principado de Asturias, pues es de competencia autonómica, y así evitar males mayores.

Sin embargo, la susodicha PR-5 que es la alternativa a la carretera N-625 (León-Santander por Cangas de Onís) para quienes desean disfrutar de la tranquilidad y el sosiego de las zonas rurales del concejo, donde se ubican varios establecimientos rurales y también restaurantes de prestigio, también se encuentra tomada por la agreste naturaleza, con el consiguiente peligro para el tráfico por la escasa visibilidad en varios puntos concretos del itinerario.

Otros años, por estas mismas fechas de la Semana de les Piragües, se procedía a rozar todo el largo trazado por una empresa especializada, pero, en esta ocasión, y a raíz de la suspensión de la prueba deportiva, buena parte de los vecinos tienen la mosca detrás de la oreja ante la dilación de la limpieza de la misma, algo que les intranquiliza.