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Un brindis por Rosita Morán

Carta a la primera hija predilecta del concejo de Onís

Dos imágenes de Rosita Morán: a la izquierda, con la medalla de plata al Mérito del Trabajo, que el Gobierno central le concedió en 2006, y a la derecha, en su juventud, ataviada con el traje de llanisca.

Querida Rosa: Mejor Rosita, que es como toda Asturias te conoce. Hagamos un brindis por el 87.º aniversario de la inauguración en Onís del restaurante Casa Morán. Fue un 9 de agosto de 1933 y el próximo 27 lo repetiremos, ya que será uno de los días más felices de tu vida. Tu nombramiento como la primera hija predilecta de este hermoso lugar que te vio nacer un 20 de marzo de 1934 y que ha sido desde entonces tu sitio en el mundo.

Naciste, trabajaste, amaste y sentiste a tu pueblo preocupándote por darlo a conocer por tu fama gastronómica, dándole difusión de ese tu buen hacer. Esta distinción es la gran felicidad que alberga el mejor de los sentimientos a todos aquellos que hemos tenido el honor de recibirlo. Mi enhorabuena al Alcalde y su Gobierno por distinguirte.

Como bien sabes, todos los pueblos tienen su pasado y sus grandes historias llenas de misterios y milagros donde se cobijan secretos escondidos, como le ocurre a este lugar que acaba de premiarte enclavado en el corazón de los Picos de Europa.

De ello sabe mucho el río Güeña que lo recorre y baña, donde en su cuenca, alta y baja, se asientan los trece núcleos rurales llenos de impresionante belleza bajo la caricia de su vegetación y de su fauna, allí donde en el centro de su valle preside su capital Benia donde tu vida transcurre.

Permíteme recordarte que es concejo donde se desliza su historia desde los más primitivos tiempos. Posteriormente, los primeros escritos nos comentan la entrada de las legiones romanas, sin olvidarse del paso por estos lares del pueblo árabe.

En lo religioso, la Iglesia de Santa Eulalia, donde fuiste bautizada, hiciste tu primera comunión y mantuviste tu fe, tiene su referencia documental más antigua por el año del 857. Tengo también entendido que la primera alcaldía llegó en 1.504 bajo el mando de don Juan González de Acebos y que hoy continua llevándola muy acertadamente don José Manuel Abeledo Viesca y concejales, autores de tu distinción merecida.

Por todo ello, hoy el contento de todos los aproximadamente habitantes, unos 800, son conocedores de sus mejoras, tanto a nivel empresarial como turístico, ante los reconocidos privilegios de contar con las sedes: del plan Leader, la de los Pastores de los Picos, premio "Príncipe de Asturias" 2004, y la del famoso quesu de Gamonéu, entre otras.

Así las cosas, de toda esta amplia parcela, de casi 80 kilómetros cuadrados que gobiernan los Picos y delimita el río Güeña, que sabe de la compañía del Huesal, Bobias y Tabardín, resguardada al norte por el Cuera y al sur por el macizo del Cornión, cercana a la basílica de Covadonga, que bendice todos sus encantos, serás su hija predilecta y tras más de ocho décadas que la habitas mirarás por el espejo retrovisor de tu pasado y, en prudente rezo, darás gracias a tu familia, ausente y presente, a tus vecinos, a la Alcaldía y a esta tierra que tanto amas, tu querida Asturias.

Tu presencia fue fiel testigo de los progresos de tu pueblo que hoy goza de un atractivo turístico por su gran belleza natural, recuperando la cueva de Avín, su mercado asturiano "Onís años 20", su fiesta en honor de la Virgen del Castru, tan venerada por todos los onienses, y la celebración del último domingo de octubre del Certamen del Gamonéu de muy grato recuerdo para mí al ser su pregonero años atrás.

Son muchos años visitando Onís, donde tengo buenos amigos y excelentes clientes que gozan también de gran prestigio. Le muestro mi cariño al concejo y más sabiendo que el Güeña, afluente tributario del río Sella, hermana sus aguas camino de mi pueblo: Ribadesella.

Después de informarte de la importancia que tiene ser hija predilecta y de contarte, un poco, la historia de tu pueblo, permíteme hablar de tu familia y en particular de ti, como protagonista.

Siempre te escuché hablar con profundo cariño de tus antepasados. Darás recuerdo a tus abuelos Manuel y Griselda que regentaban el negocio en Puentenuevo, donde los Morán habían instalado su casa de Postas con paradas de las diligencias de la época. De esto hace ya 150 años y de aquella primera iniciativa partieron por la zona diversos negocios familiares.

Un buen día Ángel, el padre de Rosita, que había estado al mando de unas líneas de diligencias, en unión de su mujer María, deciden buscar nuevas fronteras y se sitúan en Benia comprando la casa para montar un negocio similar al de sus padres.

Tenían por entonces ocho hijos, ya que los dos más pequeños, Rosita y su hermano gemelo Pepito, nacieron en Benia. Con honestidad, humildad y constancia en el trabajo salió adelante la numerosa familia. Corría por entonces el año de 1933 y los buenos guisos de Casa Morán se fueron haciendo famosos a lo largo del tiempo.

Nace Rosita en 1934. Acude a las escuelas y con once años queda interna en Gijón. Cumplidos los 15, regresa al hogar y empieza a sentir su pasión ayudando a su madre en el negocio familiar. Aprende de ella todos los encantos de su cocina que fue su única escuela de hostelería.

Tras el fallecimiento de María, su madre, Rosita toma el mando y con 30 años cumplidos le sigue dando vida al negocio heredado. En el tiempo se fueron haciendo muchas mejoras, pero la tradición artesana de sus guisos se mantuvo y sigue presente. En ellos descansa hoy la mirada de esta activa mujer, haciéndolos caricia y mimo para el alimento, afecto y amistad en su entrega al comensal que siempre vuelve a visitarla.

La personalidad de Rosita tiene ese encanto tranquilo, dulce y amable, diríamos familiar, en su conversación y presencia. Ella es mujer de fe en todos sus actos, allí donde se abrazan cuerpo y alma en su diario vivir, lo que hace pensar que, al igual que Santa Teresa nos decía "que Dios también anda entre los pucheros", su triunfo también estará bendecido entre plato y plato.

Personalidades diversas han degustado sus viandas y sus múltiples relaciones sociales le han llevado a varios premios: Gastronomía en 1995, Turismo en 2003, donde servidor era presidente del jurado, Medalla del Trabajo en 2007 que unirá a este de hija predilecta en el 2020.

Me llevo, tan sólo, unos meses con ella y he compartido amistad con su familia durante muchos años. Por ello me siento muy feliz haber aportado mi modesto mensaje, junto con el del amigo César Álvarez, al que posteriormente se unieron varias asociaciones, para el logro de este merecido reconocimiento. De nuevo le mostramos nuestra gratitud al Ayuntamiento.

Terminada su faena charlamos en su confortable terraza. La tarde es agradable. Nos acompaña un sol suave y, tras sorbo de café y guindas, le vamos dando recorrido al pasado al que ella le ofrece un especial respeto y admiración en recuerdo de toda su querida familia.

Le comento que me encanta verla caminar con ese ritmo, paso a paso, sin prisas pero sin pausas, por la autopista de su templo gastronómico. Rosita sabe, como usted y como yo, que en la vida nunca hay calma del todo. Por ello, quizás la felicidad se encuentre cuando somos conscientes que no se vive nada más que el tiempo que se ama.

Ella supo hacerlo con su pueblo, con sus gentes, con su familia, con sus amistades y con su oficio. No cambies, amiga, elegiste el mejor de los caminos. Te mereces la cosecha recibida por tu diario trabajo sembrando la semilla de tus sentimientos en el campo de tus sueños.

Por todo ello que Dios te conserve tu vitalidad para ofrecernos esa brisa de amistad y afecto y seguir muchos años practicando ese viaje diario, cocina-comedor, saludando a la gente que quieres y de la que te has hecho querer.

Como final te diré que en mi último libro, que salió a la luz este mes, "Brisas de mar y silencios", comento una cita del escritor Robin Sharma que alivió, en mi vida, las esperanza de mi pensar, dice así: "Hay una cura contra el envejecimiento de la que nadie quiere hablar. Saber aprender".

Sin duda que este sabio consejo ha sido siempre la ilusión de tu vida durante ese largo tiempo que le vienes dedicando a tu restaurante.

Que lo sigas disfrutando en unión de esa nueva generación que te acompaña, tus sobrinos Luis Miguel y Angelín.

Para los tres un gran abrazo.

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