La búsqueda del pasado ha concluido, por el momento, en Piloña. La tercera campaña arqueológica en El Castillón de Antrialgo (Villamayor, Piloña) terminaba esta semana después de tres de un trabajo que no deja de sorprender a quien lo investiga, y a quien lo conoce por primera vez.
El equipo dirigido por Juan Ramón Muñiz y compuesto por María Rodríguez, Irene Faza, Alejandro Sánchez, Adrián Piñán y José Antonio Longo centró sus esfuerzos en La Cabañona para acabar documentando "un espacio de hábitat cuyo horizonte temporal nos remite a la Edad del Hierro".
Tal como explica Longo, "durante los trabajos se ha recuperado abundante material cerámico de época antigua, romana y medieval, así como restos de animales domésticos destinados al consumo", pero ha habido más. "Otro hallazgo destacado ha sido la aparición de una cerca asociada al espacio de vivienda castreña que protegería el poblado, esta estructura pétrea estaría completada por una empalizada realizada con materiales vegetales". Según parece, "las viviendas tienen una planta ovalada, se levantan sobre un zócalo de piedra y una estructura de madera, cerrado con entrelazado de varas de madera y revoco de barro, técnica conocida en Asturias como pared de xardu, su techumbre era realizada con material vegetal".
Estos hallazgos, recuerda Longo, "vienen a complementar los descubiertos en las anteriores campañas, una vía romana, varios puntos amurallados y estructuras defensivas". Y aunque el trabajo de campo ya ha terminado por el momento, ahora las labores se centrarán en el laboratorio, donde se analizarán los materiales y muestras recogidas.
El trabajo de los arqueólogos en la zona es, cada año, una oportunidad de acercarse a su mundo. No en vano, este equipo organiza en cada campaña jornadas de puertas abiertas para explicar y hacer comprender la importancia de su labor. Este año lo hicieron con grupos reducidos durante distintos días, pero al final se acercaron a Antrialgo 120 personas de diferentes puntos de la región, del resto del país y del extranjero.
La persistencia en descubrir las posibilidades de este lugar no sería posible, agradecen, sin la financiación del el Ayuntamiento de Piloña, la Parroquia Rural de Villamayor y "la entusiasta colaboración de los vecinos de Antrialgo".
