La coordinación del trabajo es básica y el conocimiento de cada paso a dar para salvar una vida es clave. Por eso ayer en Vega (Ribadesella) el equipo de profesionales que trabaja a bordo del helicóptero medicalizado del Servicio de Emergencias del Principado de Asturias (SEPA) simuló junto al grupo de salvamento que opera en el arenal "las maniobras de embarque y desembarque" de una persona que necesita ser atendida, y trasladada, debido a un suceso que amenaza su vida.
La llamada de alerta hecha por salvamento de playas indicó al servicio de emergencias las condiciones meteorológicas, el estado de la víctima y el lugar donde todo estaba ocurriendo para saber dónde poder aterrizar "en función de las condiciones de público y mar" una vez establecido un perímetro de seguridad. Así, ante una gran expectación en los accesos al arenal, el helicóptero aterrizó siguiendo las indicaciones de los socorristas que, en tierra, esperaban con la víctima en su camilla.
El siguiente paso debía durar lo mínimo posible. Y así fue. En unos segundos, equipos de salvamento y de bomberos lograron introducir a la víctima a bordo del helicóptero y poco más tarde la aeronave despegó para dirigirse al centro sanitario. Al acabar, "el personal de salvamento había mejorado su operatividad en casos de sucesos como este".
Fernando Crespo, técnico de Protección Civil del Servicio de Emergencias, explicaba junto al helicóptero que el objetivo del entrenamiento no es más que "familiarizar las maniobras de embarque y desembarque" y hacer que los trabajadores del plan de salvamento estén más en contacto "con las técnicas para meter un herido a bordo de un helicóptero o izar a alguien en la grúa".
Son, bomberos y socorristas, "equipos distintos", pero que necesitan aprender a trabajar de forma conjunta sin permitirse un solo error porque de ellos depende la vida de los accidentados.
