Vecinos parragueses han dado la voz de alarma al observar un vertido al río Sella, en la zona de El Barcu, en las cercanías de Arriondas, aunque en territorio cangués, más concretamente en las inmediaciones de la EDAR de Ricao, donde se tratan las aguas residuales de varios concejos de la comarca del suroriente. Al parecer, se debe, supuestamente, a una filtración que hace su presencia cuando llueve con fuerza en la zona y de ahí que cause cierta alarma entre los ribereños el color y nauseabundo olor de los susodichos vertidos.

Por otra parte, unos kilómetros aguas arriba, al menos un par de salmones, de entre 2 y 3 kilos de peso, aparecieron muertos en el coto "Estayos", en el curso medio-alto de la cuenca del Sella. La causa principal de las muertes de esos ejemplares apunta, presuntamente, a la pesca sin muerte -los salmones terminan "reventaos", asegura un experto ribereño-, que se añade a las altas temperaturas del agua registradas en estas fechas estivales, con estiaje, y también a la falta de oxígeno.

El coto "Estayos", abarca desde la curva de la carretera en Miyares (Amieva), 50 metros aguas abajo del reguero de La Cubilla y 50 metros por encima de la presa de La Ñoña, estando catalogado coto de pesca sin muerte para salmón, cuya temporada finalizó el pasado 31 de julio.