Los vecinos de los pueblos de las parroquias de Posada, Barru, Celoriu y parte de Poo de Llanes permanecieron sin agua durante la noche del sábado y parte de la jornada del domingo por una rotura en la conducción de fibrocemento que lleva el agua al depósito de Posada. Un problema que preocupa mucho, máxime en verano, cuando llegan a residir en la zona afectada más de 20.000 personas.

"Esto es un problema muy grave, que se viene repitiendo y que hay que solucionar con absoluta urgencia. El agua es esencial", apostillaba ayer el alcalde de barrio de Posada, Miguel Ángel Villaverde. Explica la problemática de manera sencilla: "El agua baja desde el manantial de Bobes hasta nuestro depósito. Posada normalmente necesita 800.000 litros, pero por el verano la demanda crece hasta más de un millón y no da tiempo a que se recargue, máxime cuando entre una empresa y varias ganaderías ya gastan casi la mitad", puntualiza. El problema se agrava cuando se producen roturas de las viejas tuberías de fibrocemento, como ocurrió el sábado por la noche. "Cada dos por tres tienen que estar haciendo arreglos y la cosa se complica si, como pasó ahora, la rotura está antes de llegar al depósito", abunda.

Claro, "desde allí sale una traída que va a la zona de Poo, Celoriu y Barru". Esto supone que un número importante de vecinos y veraneantes estuvieron sin agua durante varias horas. De hecho, "se optó por abrir desde por la mañana hasta las tres de la tarde para que los negocios se pudieran abastecer". Posteriormente, estaba previsto que se volviera a dar de paso el agua a las ocho de la tarde.

Villaverde, a la vista de la situación, urgió al Ayuntamiento de Llanes a adoptar medidas. "Esto tiene que ser una absoluta prioridad. Deberían ir a hablar con el Principado y sacar dinero de otras partidas. Hablamos de un bien esencial", añadió.