Como no hay dos sin tres, la carretera PR-5 (El Puente Romano-Ozanes a través de San Juan de Parres), vuelve a estar en el ojo del huracán desde primeras horas de la tarde de hoy, a causa de nuevos hundimientos de la calzada en las cercanías de la iglesia parroquial de San Juan de Parres. En el mismo punto donde se habían registrado socavones en los últimos meses, aunque ahora el gran problema que se plantea es que el paso ha quedado reducido al ancho justo de un automovil y con el consiguiente peligro para los asiduos al transporte pesado por ese citado vial.

La PR-5 tra de cabeza a la inmensa mayoria de los vecinos residentes en esa zona rural del concejo de Parres, pues, las constantes reclamaciones y sugerencias no acabajn de ser atendidas de forma fehacimiente por los responsables del Principado de Asturias, pues, se trata de una carretera de ámbito autonómico, la cual une Ozanes con El Puente Romamo, barrio éste que, aunque perteneciente al municipio parragues, se localiza a la casi en la misma entrada a la ciudad de Cangas de Onís. Además, es la única alternativa a la N-625 (Santander-León).

A todo ello se une el creciente malestar vecinal por la muy criticada actuacion ejecutada hace escasas fechas por operarios de mantenimiento de la carretera en lo referente al deplorabloe desbroce que no ha dejado satisfecho a casi nadie. Desde el Ayuntamiento de Parres, que lidera el socialista Emilio García Longo, han realizado infructosas gestiones ante la Consejería de turno, pero la realidad es la que es: una carretera dejada de la mano de Dios. Ojalá, visto el panorama, no haya que lamentar algun accidente de graves consecuencias en ese punto de San Juan de Parres.