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Abrir al público nuevas zonas de Tito Bustillo es arriesgado, dicen los expertos

Los arqueólogos rechazan las visitas a salas distintas del panel principal y creen que la restricción de acceso debe basarse en estudios rigurosos

Abrir al público nuevas zonas de Tito Bustillo es arriesgado, dicen los expertos

Cualquier decisión sobre el cupo máximo de visitantes en la cueva de Tito Bustillo tiene que tomarse en base a estudios rigurosos sobre el estado de conservación de las pinturas rupestres que se encuentran en ella. Es la opinión de los expertos ante la propuesta del director del yacimiento riosellano, Alfonso Millara, de convertir en permanente el límite de 25 visitantes al día, fijado provisionalmente como medida de seguridad sanitaria ante la pandemia. Antes del coronavirus, el cupo máximo era de 150 personas diarias. Los especialistas son unánimes en el rechazo a la sugerencia de Millara de abrir al público otras zonas con pinturas de la cavidad. "Experimentos, ni con gaseosa", resume el arqueólogo Marco de la Rasilla.

Más allá de concretar al detalle el número de visitantes que deben acceder a Tito Bustillo, los expertos parten de un planteamiento general: "cuanta menos gente, mejor". A partir de ahí, la decisión final debe producirse con datos en la mano. "Hay una cierta información sobre el estado anterior de la cueva y el cupo fue el que se decidió en su momento. Hay que intentar analizar despacio y valorar. Si tienen que ser 25, 30, 45 o 60 personas habrá que valorarlo a partir de estudios, que requieren su tiempo", señala Marco de la Rasilla.

Ratifica esta idea el prehistoriador Miguel Ángel de Blas: "Vale más pecar por defecto que por exceso, las visitas han de ser controladas numéricamente y el planteamiento tiene que ser el de evitar estancias prolongadas". ¿Una cifra? "No puedo dar un número, habría que estudiarlo, ponderarlo y ver el grado de resistencia de la cueva. Todo siempre con estudios delante".

El arqueólogo David Álvarez camina por la misma senda. Asegura que "tal y como están las cosas, con el covid, veo bien que sigan las restricciones, pero en cuanto a la conservación de la cueva pienso que la decisión sobre si se restringe o se cierra tiene que tomarse en base a una monitorización y a unos estudios, con datos en la mano. Cualquier cosa que digamos ahora mismo son opiniones sin fundamento". El director de Tito Bustillo, Alfonso Millara, asegura que la cueva "agradece" la restricción aplicada a raíz de la crisis sanitaria y que "las pinturas están mejor". David Álvarez confiesa que no sabe cuál es el estado actual del yacimiento, "me imagino que la reducción le habrá sentado bien; cuanta menos gente entre, mejor", pero insiste en que la decisión final tiene que hacerse en función de estudios.

De la Rasilla no se atreve a decir si las pinturas están mejor, "igual es una impresión, una intuición, pero tiene que estar contrastado con datos objetivos, con estudios a largo plazo".

Millara apunta, como posibles atractivos de cara al futuro, la posibilidad de realizar alguna visita por la entrada original de la cueva e incluso entrar en otras salas de Tito Bustillo con arte rupestre. Opciones que son rechazadas de plano por los expertos. "Abrir más sitios y entrar por más sitios no; puede significar meter porquería por sitios donde no se ha metido nada y todo lo nuevo tiene implicaciones inmediatas. No toquemos mucho al niño. Se trata de sitios muy delicados, y Tito Bustillo todavía más, ya que, por ejemplo, registra inundaciones", explica Marco de la Rasilla.

Miguel Ángel de Blas matiza que hay que distinguir entre la vertiente del arte prehistórico y la del fenómeno espeleológico. "Intensificar más esta segunda no tiene por qué ser incompatible con la conservación, pero abrir otros espacios con pinturas sí. El deseo de disfrutar del patrimonio de unas generaciones no puede significar su deterioro ni su pérdida".

David Álvarez, por su parte, cuestiona el interés que tendría para el público general ver otros espacios de arte prehistórico, teniendo en cuenta que lo que enseña en la vista turística, el panel principal, es con diferencia lo más llamativo. "Existe la posibilidad de que grupos de especialistas, gente más interesada, pueda visitar otras zonas, eso se ha hecho toda la vida en todas las cuevas, pero la visita estándar es completa, se ve lo fundamental en el itinerario accesible y llevar a estos grupos a ver una figura que tampoco se va a apreciar debidamente... Hasta el momento el modelo que se aplica en Tito Bustillo no ha presentado ningún problema".

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