Decenas de vasos, botellas y latas en el pórtico, colillas y basura esparcida por el suelo. Esa fue la estampa con la que amaneció ayer la iglesia de Santiago de Gobiendes, que forma parte del Prerrománico asturiano. Signos inequívocos del botellón celebrado en la noche del sábado que, según los vecinos, sirvió a modo de despedida del verano para los turistas más jóvenes de la zona.

"No es la primera vez", indica uno de los veraneantes habituales de Gobiendes, sede del Centro de Interpretación de la Sierra del Sueve, que recalca que otras veces se ha dado aviso a las fuerzas del orden sin mucho éxito: "La policía de aquí no hace turno de noche y la Guardia Civil tampoco tiene demasiados efectivos". Las quejas se intensifican teniendo en cuenta la situación sanitaria actual: "Es obvio que había más de diez personas, pero es que ya hemos visto otras faltas de respeto anteriormente".