La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Los concejos, impotentes para frenar los botellones, piden más policía en verano

Solo Llanes y Cangas de Onís tienen agentes de noche y la Guardia Civil "hace malabares" para tapar las carencias, denuncian los alcaldes

Restos de un botellón en la iglesia de Santiago de Gobiendes. C. Lamuño

Casi dos agentes de policía por cada millar de habitantes. Esa es la recomendación de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP). Algo que, durante los meses estivales, está muy lejos de cumplirse en los concejos más turísticos del oriente asturiano y que ha hecho imposible, entre otras cosas, el control de los botellones, que se han multiplicado por la comarca en un verano de extraordinaria afluencia.

En Ribadesella, con una plantilla fija de nueve policías locales y un refuerzo durante los meses de verano que la elevan hasta los catorce, las cifras son sangrantes. "Durante el mes de agosto podemos llegar a tener una población flotante de 30.000 habitantes", se lamenta el alcalde, Ramón Canal. El regidor es consciente de que catorce agentes de la Local para 30.000 civiles son del todo insuficientes. La ratio recomendada (1,8 por 1.000 habitantes) establece que deberían ser unos 54 efectivos.

Pero esta no es una circunstancia que afecte únicamente a la villa riosellana, el resto de los alcaldes de la comarca apunta al mismo problema. La policía de la zona sufre para dar servicio a una población que se multiplica exponencialmente cada agosto. Para cubrir estas necesidades se recurre a la Guardia Civil. La Benemérita, al ser un cuerpo móvil, se afana por tapar todos los huecos a lo largo y ancho de la comarca.

"Rezamos por que un día no se junten varios problemas, sería imposible atenderlos al mismo tiempo", dice Salomé Samartino, alcaldesa de Caravia. El pequeño concejo costero, de unos 400 vecinos durante los meses de invierno, se encuentra bajo la protección del cuartel de la Guardia Civil situado en Lastres (Colunga).

Esta circunstancia, aseguran los gobiernos municipales, "no es nueva", pero se ha visto acuciado por la situación anómala de este verano. Asturias vio incrementada su afluencia turística este año y, aunque este no hubo fiestas, surgieron nuevas necesidades. La alerta naranja que afecta al entorno del Sella y al concejo de Llanes, por ejemplo, obligó a incrementar la presencia policial de manera preventiva. Algo que, desde la Delegación de Gobierno aseguran que obligó a "intensificar la presencia de la Guardia Civil en las calles".

Cada año, en el marco de la campaña de verano, el Ministerio del Interior refuerza los efectivos de la Benemérita y de la Policía Nacional para afrontar el verano en las zonas más turísticas de España. La zona del oriente de Asturias, donde la Policía Nacional no tiene presencia, contó con un refuerzo de 26 agentes de la Guardia Civil.

Sandra Cuesta, alcaldesa de Colunga, repite lo que piensan todos los alcaldes: "Es imposible que 3.200 habitantes paguen servicios para los 6.000 visitantes". Para ello, al igual que el resto, demanda una solución a algún ente supramunicipal. En su caso, Colunga, con nueve agentes de la local, no estaría lejos de los once agentes que debería tener, según el estudio de la FEMP. Pero, además de a su población, los agentes colungueses deben hacerse cargo también del territorio del concejo de Caravia.

La alcaldesa apunta que solo hay "palabras de agradecimiento" tanto para la Delegación de Gobierno como para el Gobierno del Principado.

Algo más crítico es Enrique Riestra, alcalde de Llanes. Para el regidor llanisco estos problemas "sobrepasan el ámbito local", y dice "esperar una llamada" de la Delegación de Gobierno, a la que le demanda "empezar a planificar la seguridad del verano que viene". Atajar, de una vez por todas, un problema "de años".

Riestra recuerda que desde que llegó a la alcaldía se "doblaron" los agentes contratados para dar respuesta al aumento de la población durante el verano. El suyo y Cangas de Onís son los únicos concejos que pueden permitirse tener tres turnos de Policía Local. El resto de los municipios deja la noche en manos de una Guardia Civil que se afana por soportar la presión de los veranos.

Sobre esto, el alcalde cuenta que le "consta" que la Guardia Civil "hace malabares" para prestar un servicio que considera "fundamental y formidable, para el que les faltan efectivos". Y anuncia que, para reforzar la seguridad de vecinos y turistas, "Llanes estará siempre a la cabeza".

En el concejo cangués también redoblan esfuerzos. Allí, cuentan, no solo tienen mucha afluencia turística en el núcleo urbano, sino que también deben encargarse de parte del Sella y puntos tan sensibles como Covadonga, lo que hace especialmente complicada la labor de las fuerzas y cuerpos de seguridad. En verano, cuenta el alcalde, José Manuel Pérez Castro, pasan de contar con nueve policías locales a tener dieciocho. Pero admite que es necesaria "más presencia de fuerzas de seguridad", para seguir ofreciendo un "turismo de calidad".

Compartir el artículo

stats