La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El Puentón, trampolín de riesgo

Los turistas jóvenes completan su estancia en Cangas de Onís lanzándose al Sella desde lo más alto

Un joven, a punto de tirarse al Sella desde el Puentón de Cangas de Onís.

Lanzarse desde lo más alto del Puentón de Cangas de Onís para zambullirse en las aguas del río Sella conlleva peligro, aunque algunos quieren asumir ese riesgo. Algunos turistas, aprovechando la buena temperatura reinante este verano, sellan parte de su estancia en la ciudad canguesa dándose un baño. Y sin escatimar lanzarse al agua desde el punto más alto del famoso puente "romano" ante la mirada expectante de los que por allí pasan. De hecho, los lanzamientos se han convertido en una atracción y son muchos los que acuden a presenciarlos.

Hace un lustro, igualmente en temporada estival, un chico cántabro cayó en mala postura y sufrió un brutal golpe al impactar con las aguas del Sella tras tirarse desde la citada cumbre del Puentón, a más de 21 metros de altura.

De aquella, después del susto, se dejó la práctica dado el peligro que conlleva en épocas de escaso nivel de agua. Y es que nunca pasa nada, hasta que pasa, avisan los que conocen el río. Zambullirse en las aguas del Sella tras tirarse desde diversos puntos del famoso monumento nacional cangués es toda una tradición entre los más jóvenes cangueses, aunque cada vez lo hacen menos desde lo más alto del mismo.

Las riadas o avenidas invernales y primaverales propician relleno y cambios en los pozos habituales en ese lugar, lo que hace que los chavales se lo piensen muy mucho antes de lanzarse al río. Lo más habitual es "escalar" desde les llastres hasta los arcos -tanto en la orilla canguesa como en la de Parres- para tirarse al agua, aunque a estas alturas del verano ya empiezan a estar bastante frías.

Compartir el artículo

stats