Catorce horas y cuarenta y siete minutos sin parar. Corriendo y escalando. La ultrafondista brasileña afincada en España Fernanda Maciel fue corriendo desde San Vicente de la Barquera, a la vera del Cantábrico, hasta la vega de Urriellu, en los Picos de Europa. Tardó 13 horas y 40 minutos. Allí, al pie del Picu, la esperaba el escalador vitoriano Eneko Pou, protagonista junto a su hermano Iker de algunas de las mayores hazañas en esa mítica montaña. Y la corredora y el vasco escalaron los 500 metros de murallón calizo vertical hasta llegar a la cima, a 2.519 metros de altitud, una hora y siete minutos más tarde.

Aunque de especialidades diferentes, Maciel y el mayor de los Pou, que comparten equipo internacional en la marca estadounidense "The North Face", tenían ganas de embarcarse en una aventura juntos. "Somos amigos hace años y llevábamos tiempo detrás de un buen proyecto. Eneko me propuso esta locura, y después de ver fotos no me lo pensé dos veces. Había que intentarlo", relató tras la hazaña la corredora de montaña, que suma diez años entre las cinco mejores del mundo del ultrarunning.

Maciel quería superar el denominado "Desafío Cantabria", una ruta de 83 kilómetros y un desnivel de 6.200 metros, para luego ir aún más allá y acabar en la cima del Urriellu. Para ello tuvo que internarse en los Picos de Europa y cruzar la Canal del Vidrio y la Collada Bonita, "una zona muy técnica que puede resultar incluso peligrosa. Llevaba corriendo desde las 18.00 horas del día anterior y atravesar esto en mitad de la oscuridad fue duro e incluso pasé miedo, pero todo el esfuerzo mereció la pena, cuando con las primeras luces del día, llegué a la Collada Bonita y ante mi apareció la majestuosa figura del rey de los Picos de Europa", rememoró Maciel, a quien Eneko ya esperaba en ese momento para rematar la faena.

"Siempre había creído en ella, en su fortaleza, en su tenacidad, en su manera de sobrellevar los momentos difíciles, pero cuando me la encontré allí con una sonrisa me quedéa boquiabierto... Me la esperaba desencajada después de 13 horas corriendo", comentó Pou, que decidió escalar en simultáneo, fórmula mucho más arriesgada porque si uno cae puede arrastrar al otro, pero que permitía a la ultrarunner acabar antes su reto".

"Fue increíble, nos fuimos ayudando en un trabajo en equipo admirable hasta alcanzar esta preciosa cumbre con la Virgen de las Nieves de testigo. Allí nos abrazamos como locos. Lo habíamos conseguido", rememoró la corredora de montaña. "Fue un momento indescriptible. Estaba feliz por Fernanda. Desde la cumbre se veía perfectamente San Vicente de la Barquera, a muchos kilómetros de distancia", añadió Pou. Reto conseguido.