"Me fascinan las manos de los piloñeses que cuidaron los ablanos durante tantos siglos porque no cuidan los ablanos, cuidan Piloña". El artista Rodrigo Cuevas llenó de vida, y de calor, la carpa instalada en la plaza del Ganado de Infiesto cuando comenzó su pregón para abrir, oficialmente, el 49º Festival de la Avellana de Infiesto, que mañana celebrará su día grande. "Feliz festival y feliz día de les Lletres Asturianes", gritó antes de sentir una gran ovación, subido en sus tradicionales madreñas y arropado por una saya roja.

Durante casi una hora el artista dio rienda suelta a su ya famosa agitación folclórica asturiana mezclada con sones electrónicos. Y logró avivar a un público que, sentado y con frío, acabó por acompasar con palmas y cantos el concierto que mezcla tradición, humor y arte. El polifacético Cuevas prometía espectáculo y lo dio ante una plaza llena, hasta donde el aforo lo permitió.

"Yo de ablanas no sé nada", asume el artista, pero sí de Piloña y sus gentes, donde reside desde hace cuatro años. "Siento agradecimiento por la hospitalidad piloñesa" donde las culturas más tradicionales están vivas gracias a sus vecinos, alabó. "La fala ye muy guapa y no debe perderse, la sestaferia tiene sentido porque los vecinos siguen conservándola, la mocedá me enseñó que el arraigo puede medrar con la cultura y aquí aprendí la importancia del asociacionismo que hay en este concejo", agradeció. Piloña es ejemplo de mucho aunque sus vecinos, a veces, "no se den cuenta de lo que pasa en su concejo" atesorando el pasado y proyectando un futuro que está ligado a la tradición y la diversificación.

Cuevas arrancó aplausos al término de una jornada que comenzó con la intervención del alcalde, Iván Allende, que había abierto el acto aplaudiendo la labor de los piloñeses durante el confinamiento y recordando a las víctimas del coronavirus.

El festival, una de las pocas citas que se mantiene tras la pandemia y en plena crisis sanitaria, "teníamos que hacerlo por ellos, por los cosecheros que mantienen vivos los ablanos en Piloña" y que pondrán a la venta unos 2.000 kilos a siete euros los mil gramos. En total, serán 40, una cifra mermada con respecto a otros años, "pero que será ejemplo de este municipio rural, transformador", indicó. Apoyó sus palabras la directora general de Agroalimentación, Begoña López, que reconoció a Piloña como "una tierra desde la que apoyar y recuperar los cultivos profesionales" que redundan en la más que rentable proliferación de los avellanos. No en vano, "hace años Asturias exportaba avellanas" y la riqueza generada a su alrededor dio de comer a muchas familias.